Por eso resultaba un tanto extraño que hasta ahora no se supiera con claridad cuál había sido la participación de priistas como tal, líderes del CEN nacional, involucrados en la corrupción imperante en los ‘años felices’. Aparte, claro, de aquel famoso y multimillonario ‘PEMEX-gate’.
La explicación era muy fácil, los políticos priistas demoraban muy poco tiempo en el organismo político: la escalera solo la usaban para subir y donde tenían acceso al dinero era ya como gobernantes aunque no todos, desde luego, llegaban a convertirse en presidentes del CEN.
Pero… en el show Lozoya, claro que tenían que aparecer… ¡Y aparecieron!
Y es que Emilio Lozoya, como anunció desde España, aceptó venir extraditado a México para demostrar su inocencia y que no actuó solo en la corrupción de la que se le acusaba. En mucho de ello tiene razón, en todas las empresas paraestatales existen Consejos de Administración y Comisarios fiscalizadores que evalúan y supervisan previamente que las decisiones ejecutivas no se salgan de la normatividad y estén apegadas a derecho.
Es decir, Emilio Lozoya no actuó solo en los casos de los sobornos de Odebrecht, pues eso obviamente no pasó por los Consejos de Administración ni por los comisariados de PEMEX, pero sí de las compras fraudulentas de que se le acusan.
Y ahí es donde la Fiscalía General de la República ha rascado e investigado en la compra irregular de la planta de Agro Nitrogenados.
Ahí es donde por primera vez aparecen los nombres de dos espresidentes del CEN del PRI. Pedro Joaquín Coldwell y Enrique Ochoa Reza, señalados por la Auditoría Superior de la Federación como parte de los principales responsables entre 38 funcionarios y consejeros de PEMEX involucrados en la operación fraudulenta.
Pedro Joaquín Coldwell, en su papel de Secretario de Energía y Consejero presidente del Consejo de Administración de Pemex; Enrique Ochoa Reza, como Subsecretario de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía.
Hoy se sabe que ellos supieron, vieron, participaron, se dieron cuenta de las maniobras y callaron para que la estafa se llevara al cabo.
Es decir, Lozoya tenía razón, no fue el único. |