Desde luego, no es que la fecha haya pasado inadvertida en absoluto: el gobernador Cuitláhuac García Jiménez encabezó la ceremonia y anticipó que en el 2021, en ocasión del bicentenario, se procurará la asistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador y de su esposa, la señora Beatriz Gutiérrez Müeller.
Conocedores, ambos, de la importancia de la historia como forjadora de la identidad de los pueblos, estoy seguro que el Presidente y su esposa –historiadora de profesión- harán lo posible por atender a dicha invitación.
Me refiero a que la fecha no se conmemoró con todo el esplendor que merece porque este año sería el primero en cumplirse la reforma impulsada por un servidor que modificó el artículo 18 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo para que el Congreso del Estado sesionara de manera solemne en Córdoba todos los 24 de agosto.
La crisis sanitaria del coronavirus impuso la necesidad de suspender en esta ocasión dicha asamblea.
Sin embargo, el espíritu que movió a la reforma permanece intacto: que el Congreso de Veracruz debe sumarse a la conmemoración de este hecho que es un orgullo de nuestra tierra.
Con la presencia de los titulares de los Poderes Ejecutivo y Judicial, la sesión solemne del Congreso pondrá acento en la relevancia del Tratado de Córdoba en la existencia misma de esta nación.
Bien dice el distinguido historiador, Enrique Florescano: “Los individuos y los pueblos acuden al pasado para afirmar identidades nacidas de tradiciones remotas, (…) para construir una patria o una nación fundadas en un pasado compartido”.
El año próximo, por esas fechas ya todas y todos vacunados, nos vemos en Córdoba.
*Diputado local. Presidente de la Mesa Directiva. |