Incluso allá en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río tienen muy claro -mucho más que en la capital- qué la licencia de Indira Rosales a su escaño en el Senado y su inclusión en la planilla que lucha junto a Tito Delfín, fue planeada en El Estero para hacer una carambola de tres bandas:
1) Dejar claro que como coordinador de la bancada azul en el senado Julen Rementería del Puerto no se coordina ni él y hacerlo quedar mal por no tener autoridad para impedir la licencia, y menos cuando estaba cantado que la senadora suplente ya militaba en MORENA por lo que era obvio que dejaría la bancada azul.
2) Que los panistas veracruzanos tuvieran la seguridad de que Tito Delfín cuenta con el total respaldo de los ‘Yunes del Estero’ y que van por todo por la presidencia del Comité Directivo Estatal del PAN.
3) Tener alguien de su total confianza para manejar los dineros en la campaña y que, además, pudiera tomar acuerdos a futuro para próximas candidaturas políticas con los líderes naturales azules. Ninguno de los Yunes, se comenta, le confiarían ni un centavo partido por la mitad a Tito Delfín.
Lo cierto es que hasta donde se ha visto, en lo que va de la contienda interna por la dirigencia del Comité Directivo Estatal del PAN, donde está el billete grande y se reparte como bolo de padrinos es en la planilla de los Yunes del Estero.
Así que los canillazos son para los azules que ni cuenta se dan que con tanta grilla barata se están autodestruyendo en Veracruz. |