AMLO realmente estaba molesto con José Ramón, con quien comenta Alejandro que tenía varias semanas sin platicar aunque normalmente mantienen buena comunicación telefónica.
Y es que el affaire de José Ramón y la tremenda casa que ocupa en Estados Unidos propiedad de empresarios petroleros beneficiados por PEMEX, tiene un tufillo muy apestoso a -cuando menos- tráfico de influencias.
Al parecer nadie está comparando el tema con la Casita Blanca de Peña Nieto y la Gaviota desde el punto de vista de una adquisición, pero de que le pegó en la línea de flotación al discurso austero y de cero injerencia familiar de AMLO en ‘bisness’… le pegó.
Y aunque al parecer no ha convencido a ningún fan de AMLO a pensar mal, vaya que les dio argumentos a los que critican y están contra el actual régimen para puyar y cuestionar.
Nadie espera tampoco que la investigación del Fiscal General derive en alguna responsabilidad. José Ramón saldrá completamente limpio (le apostamos doble contra sencillo), pues lo mismo pasó cuando Virgilio Uribe, ex titular de la Función Pública con Peña Nieto, le tocó absolver, cof cof, perdón, le tocó investigar a la esposa de Peña Nieto.
Pero mejor no le contamos todos los pormenores. Mejor lo invitamos a leer a Alejandro Aguirre Guerrero, y su columna completa aquí. | 
