Pero, aparte de lo que la Contralora opina, ¿Qué piensa la sociedad que hace el Sistema Estatal Anticorrupción? Para empezar muchos lo confunden con la Fiscalía Estatal Anticorrupción, que sí tiene dientes y sí se encarga de hacer como que combate la corrupción. Pero el SEA no, el SEA es más bien un conversatorio en el que ciudadanos designados por el gobierno (Comité de Participación Ciudadana), se reúnen a charlar amigablemente con representantes del Poder Judicial, el IVAI, el TEJAV, la Fiscalía General del Estado, el ORFIS y la Contraloría General del Estado.
Como todo sistema burocrático hacen sesiones, se lleva registro y seguimiento de los casos pendientes, se levantan actas y se reúnen de vez en cuando para ver cómo sigue la cosa.
Pero, ¿Usted, amable lector lectora, ha sabido de algún resultado tangible que haya dado el SEA? ¿Todo ese sistema burocrático realmente sirve de algo?
El SEA es parte de esa ranfla de instituciones autónomas que -como bien ha apuntado el presidente AMLO- fueron creadas por los sistemas neoliberales. En la Mañanera de hoy, el propio AMLO se refirió al Instituto de la Transparencia y dijo que es una las dependencias “que cobran y no hacen mucho que digamos, porque fueron de estos aparatos que crearon para simular de que se combatía la corrupción”.
Y sí, el SEA también es de esos aparatos que cobran y no hacen mucho.
Más allá de los pleitos internos y el caldero de pasiones y de egos inflados, el SEA no hace mucho. ¿Tienen la culpa los miembros del Comité de Participación Ciudadana, el Secretario Ejecutivo o todos los que trabajan en el SEA? ¡No! Ellos hacen lo que el marco legal les permite y nada más. Pero después de tantos años de haberse creado siguen sin dar bola y siguen siendo un elefante blanco.
Tal vez AMLO sí tenga razón después de todo, y aparatos como el SEA en verdad sí sea mejor que desaparezcan. ¿Pasaría algo si no existiera el SEA? ¡Júrelo que no! | 
