Que en el gobierno federal de AMLO o en el gobierno de Veracruz haya corrupción, ¡Claro que debe haber! Al menos quién podría dudar que la haya en Segalmex o en alguno de los proyectos del Presidente o en alguna que otra dependencia de Cuitláhuac, son humanos... el detalle está en que cabe el beneficio de la duda de que esta vez se castigue a los ladrones, como se sabe está ocurriendo con los exdirectores de Diconsa y Liconsa que fueron cesados y en manos de la Fiscalía General de la República.
¿Se imagina que no se le pueda sacar raja política mediática en Veracruz a los 59.2 millones de pesos que la Auditoría Superior de la Federación le observó al Proyecto de la Refinería de Dos Bocas, en Tabasco, en manos de la titular de la Secretaría de Energía Rocío Nahle, a quien se le menciona como fuerte aspirante a la candidatura de MORENA a la gubernatura de Veracruz en el 2024? El problema es qué pueden representar esos 59.2 millones de pesos observados por la ASF cuando a la SENER le fueron revisados 25 mil 587 millones de pesos aplicados en la Refinería.
Y ni qué decir de lo que la ASF observó a la aplicación de los recursos federales que se aplican a través del gobierno del estado de Veracruz. 157.3 millones de pesos que representan el 0.13% de los recursos transferidos por la Federación. Que no es poca cosa, pero que hasta el momento no se aclara si es daño patrimonial, o si fue corrupción o ineficiencia.
Es decir, el reporte de la ASF llegó a Veracruz con la pólvora mojada. Después... después ya veremos a quién se le van a dedicar los canillazos.
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