Podrían pasar 50 o 60 años antes que se logre pagar, no hay un plazo fijo ni una cuota establecida para poder decir que ya se está “a mano”. Como sociedad necesitamos deconstruirnos, cambiar nuestra idiosincracia, porque una cosa es lo que creemos saber y otra lo que es. A bote pronto se podría decir que se lucha contra una desigualdad promoviendo otra; que se quiere evitar un abuso, legislando a favor de otro.
Pero no es así, son precisamente este tipo de racionamientos simplistas los que no abonan para que haya una conciliación social y para que la lucha de géneros termine. La inequidad no es algo que todos los hombres quieran, no es algo que todas las mujeres deseen, pero sí nace de un desencuentro de lo que nos ha quedado en el psique, pero que no será imponiéndole leyes a la sociedad como se va a quitar.
No creo que pasen 50 o 60 años para que se logre pagar esa deuda histórica, seguramente pasarán más, muchos más, porque se les debe milenariamente a las mujeres. El problema recae en que las autoridades no nos han dejado en claro cuándo quedará saldada la deuda. No es de Dios reconocer una deuda sin saber cuándo saldremos de ella.
Hasta ahora los políticos no han pegado el grito en el cielo porque esos porcentajes que marcan el desequilibrio a favor de las mujeres no son tan altos.
Por ejemplo, en la próxima legislatura local habrá 27 diputadas y 23 diputados. Esto es, un 54% mujeres y 46% hombres. Son niveles “manejables” políticamente hablando. Pero cuando pasemos a niveles del 60, 70 o más por ciento, veremos si a la sociedad le sigue pareciendo correcto. Será interesante ver hasta dónde revienta la liga y hasta cuándo será políticamente correcto seguir utilizando justificaciones ambiguas como el de “deuda histórica”.
@AtticussLicona
(COLUMNA "POLÍTICA AL DÍA")
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