| .- Al taimado y astuto dirigente estatal del Partido del Trabajo, Vicente Aguilar, le darán las gracias por sus servicios y se tendrá que ir. No obstante, empuja -sin éxito- para heredar el cargo a su hermano Constantino -al que Alberto Anaya no puede ver- o a su hijo, que ya marcha con los emblemas del color marrón.
Cercanos al dirigente naciona... |