.- La indignada sociedad libera su hartazgo sin costo a través de las redes sociales. Cuanto político cae en sus manos, es castigado en lo que supuestamente más les debería doler: su reputación. El turno le tocó al diputado priísta de Nuevo León, Gabriel Tláloc Cantú, cachado en su curul mirando fotos de Nidia G...