En noviembre de 2016, Sergio Hernández hizo su debut en el Congreso Local, llegó por medio de la vía plurinominal y con unos trajes que le quedaban más grandes al difunto que a él, después supe que le pertenecían; su llegada no causó gran revuelo, no pasó por las urnas y  era prácticamente un desconocido en Xalapa, no había nadie fuera de Acción Nacional, que supiera de su existencia. 

Por aquí y por allá, se escuchaba que había crecido junto al entonces regidor Martin Espinoza, un panista de años bastante serio, también se oía que había trabajado con Agustín Basilio de la Vega y hasta ahí, no se sabía más de él; en algún momento Sergio Hernández, desayunó con algunas mujeres de la prensa, ahí contó que se había hecho un by pass gástrico, por el que había bajado más de 40 kilos, e incluso mostró fotos de su pasado regordete, contó además que le gustaba mucho bailar, que se había casado porque con ella bailaba muy bien y contó algunas otras banalidades. 

Pocos días después, fue nombrado presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXIV Legislatura, muy a pesar del rechazo de todos los panistas de sangre azul, al muchacho lo apadrinaba Miguel Ángel Yunes Linares, contra eso no hubo nada que hacer, desde ahí se dedicó a una especie de campaña, en unas casas de gestión, que abrió por Xalapa y la región; lo llegué a saludar en un par de ocasiones, nunca hubo mayor química con el, no es un muchacho carismático. 

En algún momento, Sergio Hernández se vio en el ojo del huracán, debido a que carecía de título universitario, por tanto se metió a estudiar la universidad sabatina, ¿Quién sabe si la habrá terminado?; por otro lado, su gestión al frente de la JUCOPO, nunca fue del todo transparente y de plano se vino la debacle, cuando se trenzó en trifulca garrafal, con la entonces diputada panista Cinthya Lobato Calderón, quien convertida en gata fiera y por cuestión de dinero, le puso la sanjuaniza de su vida. 

De ahí el buen Checo ya no se levantó, si bien Lobato Calderón, tampoco es que esté para darle lecciones a nadie, la mujer le echó ganas a la maledicencia y lo trajo azorrillado el resto de su gestión, de pachanguero, dipsómano e incluso adicto, no lo bajaba.

A la sazón, acabó la LXIV Legislatura y se lanzó en la búsqueda de la reelección, fue anotado por ambas vías la plurinominal y la uninominal, el muchacho perdió en las urnas, pero de todos modos, llegó al Congreso Local. 

Su paso por el Congreso Local, ha sido gris tirando a mediocre, no se ha involucrado con ninguna causa de interés ciudadano, tampoco es que presentara nada relevante en el pleno, de pronto declara en contra del alcalde local ante la prensa, con un discurso bastante pobre, propio de un hombre que carece de formación política, el muchacho le echa ganas no se duda, pero su carrera política ha sido meteórica, gracias a la bendición de Miguel Yunes Linares, sin él Sergio Hernández, no es nadie. 

De unos días a la fecha, Sergio Hernández Hernández, suena para ir a la cabeza en la alianza PAN-PRD-PRI por la alcaldía xalapeña, ¡No bueno!, y para llevar a tremendo candidato, se han logrado poner de acuerdo; el muchacho no representa nada, ni nadie lo conoce, bien haría la alianza en buscarse algo más competitivo, o de plano felicitar a Dorheny Cayetano. 

Cosas de la vida y menudencias

Cuentan que una maravilla, la Galería de la Corrupción del Colegio de Veracruz, los personajes que aparecen ahí, parecen de ánime o manga, la popular animación japonesa, tan en boga por nuestros días; también cuentan que hasta al Santo Papa de la Iglesia Católica lo incluyeron, yo me pregunto habrá sido al Papa Alejandro VI o a ¿Cuál?, porque siendo una institución educativa, imagino tendrán claro la vida de Rodrigo Borgia. 

Ahora, que si tan místicos se quisieron poner en el COLVER, que finalmente es un centro educativo, debieron incluir a Judas Iscariote ¿No?, digo que si a corrupción vamos y siendo tan moralinos ellos, Judas debe estar ahí; ¡Caray!, con tanto trabajo en Veracruz y el señor Mijares, dedicado a la banalidad. 

En fin mis hermosos, al parecer acción, hasta el jueves en el congreso de Juan Javier Gómez Cazarín, nos leemos mañana.

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