Triste el pueblo en el que nos tocó vivir, llegó Miguel Alemán Velasco con sus promesas de prosperidad y desarrollo para el pueblo veracruzano, el hombre se fue, dejando a Veracruz igual que como lo había encontrado, si acaso más endeudado, pero de aquella bonanza anunciada, ¡Nada!.
Luego de eso, llegó Fidel Herrera Beltrán, ¡Nanita!, con él desde su campaña, todo fue promesa de bonanza y desarrollo, durante su mandato mintió y mintió con hartas ganas; el tío, como le gustaba que le dijeran; hablaba de la fidelidad y el progreso en el pueblo veracruzano, hablaba de desarrollo, pero esas cosas solo ocurrían en su imaginación, porque en el pueblo a ras de piso, estaba igual de sucio y amolado que siempre.
El de Nopaltepec, andaba por los pueblos en mítines, repartiendo la tesorería que traía en su bolsillo, nunca alcanzó ningún dinero, a todo mundo le debían siempre, hasta a los pobres burócratas, a los que pasaban meses y no les pagaban su salario, todo en la Era de la Fidelidad, fue un soberano desmán financiero, gubernamental y político.
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Fidel cerró con broche de oro, nos dejó a Javier Duarte de Ochoa y con él las cosas se volvieron muy cínicas, los funcionarios pedían diezmos y moches al por mayor, se construyeron casas y palacetes, en terrenos inmensos en las mejores zonas residenciales, conocieron Europa, Nueva York y Estados Unidos, se iban de shopping del bueno y hasta el avión de gobierno del estado, usaban para sus escapadas personales a Cancún, a Miami y a medio mundo, ¡Total!, el gobierno estatal pagó todo aquello.
Una vez que se acabó la borrachera Duartista, llegó la cruda Yunista y con ello un montón de detenidos, encarcelados y sentenciados, además se anunciaron con bombos y platillos, los aseguramientos de propiedades, bienes, bodegas y hasta los diarios de Karime Macías aparecieron por ahí, en un galerón que dicen entregó Juan Manuel del Castillo, en un arrebato desesperado.
A la casona esa de Tlacotalpan, llegó el entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, en compañía de sus achichincles a tomar fotos y exhibir los lujos de la casa de Duarte de Ochoa, en el pueblo mas bonito e la Perla del Papaloapan.
También hubo reportaje gráfico del Faunito, la hacienda aquella en las Altas Montañas y por supuesto documentado quedó, el aseguramiento de aquel rancho del Estado de México; todo esto, para beneplácito de los inocentes jarochos, que en los cafés se creían todo el show que Yunes Linares armó, y se escandalizaron con los millones que el Gordo Abusivo, se habría birlado del presupuesto del pueblo veracruzano.
Ayer apenas en su ruedita de prensa del lunes, el gobernador García Jiménez, nos confirmó lo que ya nos imaginábamos, que tanto los encarcelados, como los bienes recuperados, eran pura fantasía Yunista; para prueba, hoy por hoy no hay un solo Duartista en la cárcel, porque casualmente a ninguno se le pudo comprobar culpabilidad alguna, tampoco los bienes inmuebles supuestamente recuperados, están en poder del pueblo veracruzano, porque nada fue tan simple, como Yunes Linares lo anunció.
De la casa de Tlacotalpan, luego del litigio con la mujer del tal Frankie no se que cosa, que era la presta nombres de Duarte de Ochoa, seguro salió mas caro recuperarla, que el mismísimo Papaloapan escriturado, del Fáunito aquel, no se ha escuchado volver a hablar, pero el INECOL nunca tomó posesión de el inmueble, como tanto lo anunció el gobierno Yunista y del rancho aquel con caballos carísimos, mejor ni hablar, no vaya a ser que nos lo quieran cobrar, otra vez.
Los jarochos, somos de a tiro majes, gobiernos vienen y gobiernos van y seguimos igual o peor, pero eso sí, aguantamos de todo.
Cosas de la vida y menudencias
Hasta el 4 de mayo arrancarán las campañas locales, en tanto a esperar, mis chulos, ustedes por quien van a votar aquí en Xalapa ¿Por Ahued o por David?, nos leemos mañana.
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