Se dice en los cafés de la capital veracruzana que Miguel Ángel Yunes Márquez cayó solito en su propia trampa al querer justificar su residencia legal en el Puerto de Veracruz cuando antes de que se cumplieran los tres años -que la ley exige para aspirar a gobernar un municipio- justificó su residencia en el de Boca del Río para legalizar su aspiración de ser candidato a Gobernador del Estado.

Él sabía que no vivía en el Puerto… la gente sabía que no vivía en el Puerto… Los azules del Puerto sabían que no vivía en el Puerto y por eso el hijo del senador Julen Rementería lo denunció formalmente ante las autoridades electorales… Los dirigentes de los partidos políticos que lo postularon sabían que no vivía en el Puerto… ¡Todos sabían que no vivía en el Puerto! Y pese a eso, intentó meterles un gol a las autoridades electorales que, inicialmente pasaron la tibia lupa del OPLE pero que tuvieron un frentón en el Tribunal Electoral de Veracruz.

La justificación de su residencia en el Puerto era muy débil y él sabía que se la podían echar abajo en cualquier tribunal, y aun así, tanto él como su equipo siguieron adelante.

¿Qué hicieron sus opositores? Al principio nada. Le dieron cuerda y lo dejaron correr, hasta que a 21 días de la elección lo hicieron tropezar en el Tribunal Electoral de Veracruz y a como se ven las cosas, en el Tribunal Electoral de la Federación también le darán nuevamente palo a su candidatura.

¿Qué sigue? Miguel Ángel Yunes Márquez, osado y audaz como es (eso nadie se lo niega) no permitirá que se nombre un candidato sustituto, peleará y moverá a su gente en el Puerto y podría llevar a cabo incluso la estrategia de Donald Trump al buscar la desestabilización política del Gobierno del Estado.

¿Qué sigue de parte del Gobierno? ¿Qué tiene en sus manos el gobierno federal para aplacar los desarticulados ánimos del boqueño jarocho? Una denuncia penal que podría adquirir celeridad en contra de la Jefa de manzana que firmó la carta de residencia considerada ilegal y que seguramente se extenderá hasta Fernando Yunes Márquez, alcalde del Puerto, y demás funcionarios que operaron la ilegal acreditación.

¿Qué más sigue? Eso, como decía el Filósofo de Güemez, lo sabremos un poco después de que suceda, pero de que sucederán cosas… sucederán.

Líos como éste bien lo valen los multimillonarios presupuestos públicos que se manejan en el Ayuntamiento del Puerto.

Canillazos para los que aún creen que hay gente que buscan solo servir y sacrificarse por sus gobernados.

@frlicona