Buen día, apreciado lector:
Algo malo está pasando en este país que como terremoto implacable ha venido a exhibir el proceso electoral en marcha.
Entrado en un divisionismo que parece irreconciliable y, peor, dirigido abiertamente por un gobernante que mira enemigos por todos lados y cree que sus colaboradores son igualitos a él de intachables, ya no se sabe qué va a pasar después de las ya inminentes elecciones.
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Tenemos un gobierno dividido, sociedad dividida, las redes a mientamadres, ¿cuál es la tendencia?, ¿a dónde vamos a parar?, ¿el gobierno aceptará los resultados?
Y para acabarla de amolar lo que informó no hace mucho el consejero electoral Ciro Murayama, secundado por columnistas como Salvador García Soto y otros, que Morena distribuyó entre sus representantes de casilla, un manual para contar mal los votos, cuestión que puede provocar confusiones sobre los resultados de la elección del próximo 6 de junio y echar lumbre al fuego.
Pues vaya que el panorama no es nada alentador, sobre todo después de la sorpresiva y contundente manifestación organizada por los güeros, digo por el pueblo unificado de Boca-Ver, que atestó toda la avenida 5 de mayo y el zócalo del puerto de Veracruz.
Y de otros muchos casos donde por un lado se han desaparecido aspirantes y por otro se les trata de intimidar. Nomás aquí cerquita tenemos el municipio de Tlalnelhuayocan donde gente del pueblo que votó la vez pasada por Morena ahora lo hará –aseguran- por Edith Carmona Carmona, que va por el PT, dado que han advertido malas jugadas de los demás candidatos y ven en la trayectoria de la contadora Carmona, la posibilidad de un desarrollo mejor planificado para este pueblo que ya requiere y necesita con suma urgencia, que el gobierno vecino y el estatal los volteen a ver limpiamente y en plan de socios, no de sumisos.
Ora sí, con el ¡Jesús! en la boca, a ver qué sigue. Entre tanto busquemos paz y armonía en nuestros hogares, sembremos plantas y cuidemos el agua.
gustavocadenamathey@gmail.com
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