En el mismo empeño iba otro jinete, en su respectivo cuaco: Ricardo Exsome Zapata, quien ha podido seguir el trayecto y ya casi está del otro lado de la orilla, mientras testigos en tierra lo siguen atento para ver si logra llegar primero que la compañera del jinete caído y le gana la partida. En cinco días lo sabremos. Veremos si se cumple el proverbio de no el cambio a mitad del río.
La ciudad de Veracruz es la otra capital de Veracruz (aparte de Xalapa): histórica, artística, musical, gastronómica, emblemática ante los ojos del mundo, que en los últimos años ha estado bajo el control político de la familia Yunes Linares-Márquez y su corriente política, que casi se considera un coto de ellos, por lo que quien se osa tratar de quitarles la hegemonía no deja de ser considerado un audaz si no es que hasta un valiente.
Exsome, un empresario diputado federal con licencia, decidió asumir ese papel, con el respaldo –se cree– del partido en el poder federal y estatal, Morena, lo que se supone que le daría ventaja, ahora aumentada con la caída forzada de su contrincante, reforzado, esa es mi percepción, por una campaña consistente de su compañera de partido candidata a diputada federal Rosa María Hernández Espejo, quien tiene un año recorriendo las colonias, antes como funcionaria de Bienestar entregando apoyos sociales, trabajo al que se han sumado los también candidatos a diputados locales Fernando Arteaga Aponte y Diana Santiago Huesca. Para decirlo en términos jarochos, le están echando montón.
Se habla de equilibrios de poder, y he escuchado en el puerto que así como muchos veracruzanos quieren un freno para el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, también jarochos quieren uno para el grupo de los Yunes azules, para que haya alternancia, que consideran sana, para que no haya entronización en el poder municipal pues no consideran higiénico, en lo político, que los integrantes de una misma familia se traspasen el poder en cada proceso electoral. Democracia, dicen, es alternancia.
Ricardo Exsome viene de una familia exitosa en los negocios que generan miles de empleos en el municipio. El puerto, creo que como en ningún otro sitio del Estado, tiene una fuerte clase empresarial, que influye mucho en la vida económica del municipio y en toda la zona conurbada con Boca del Río y Medellín, esto es, que el candidato tendría un escenario que lo favorece, y le compite en buena lid, al tú por tú, a los azules, ahora también rojos y amarillos.
Este ingeniero, que conoce como pocos los recovecos del municipio, sus rezagos en infraestructura urbana, porque su empresa constructora ha realizado las principales obras, sabe muy bien que las colonias han estado olvidadas, y se ofrece como una opción fresca para airear el mando político en la demarcación municipal, una práctica que debiera aplicar para todos los municipios del Estado.
Los jarochos, los habitantes del puerto, tienen la palabra ahora. Si algo tiene de bueno la democracia es que siempre da la oportunidad a los pueblos a decidir quién debe guiarlos, gobernarlos. Los actuales ya son bastante conocidos (por sus obras los conoceréis). Ahora hay la posibilidad de un relevo, de la llegada de nuevas ideas, de otra visión, de enriquecer la pluralidad, encarnada en Ricardo Exsome. El domingo sabremos lo que decidieron los vecinos del heroico puerto.
Y pueden ganar candidatos en la cárcel
Nunca antes, que se recuerde, dos candidatos se habían mantenido en la contienda estando en prisión, como hoy ocurre con los casos de Rogelio Franco Castán, candidato a diputado federal plurinominal por el PRD, y Nicolás Ruiz Roset, candidato a presidente municipal de Minatitlán de la coalición Veracruz Va, pero de origen panista.
Ambos tenían señalamientos en su contra, que no habían sido desahogados legalmente, por lo que no existe sentencia condenatoria en su contra, incluso uno estaba amparado, por lo que su detención se tomó como una acción de gobierno para tratar de frenar su avance y posible triunfo electoral.
Se sabe que contrario al efecto que se esperaba, al gobierno le resultó contraproducente porque repuntaron y aumentaron su ventaja sobre los candidatos de Morena, la parte interesada, y si el domingo se confirma su triunfo entonces quedará demostrado que medidas así, contra adversarios políticos, no tienen ningún sentido.
El candidato Ahued, busca superar las circunstancias
En los últimos metros de la recta final, el candidato a la alcaldía de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil, busca superar la incómoda posición en que lo colocaron las circunstancias políticas, como el peso de la marca que carga (Morena), el descontento por su candidatura de quienes se consideran auténticos militantes de su partido, la desilusión que causó en algunos simpatizantes (¿ahora exsimpatizantes?) suyos, la imposición en su planilla de candidatos a regidores y regidoras, considerados impresentables, por parte de integrantes del gobierno del Estado, y el alejamiento de empresarios que no comulgan con Morena.
Senador con licencia, era considerado, hasta antes de aceptar su actual candidatura, candidato natural a la gubernatura del Estado en 2024, apoyado por todos los partidos si se alejaba de Morena, reacio en un principio a contender para repetir como alcalde, hasta que algo lo empujó a embarcarse en una empresa en la que hace esfuerzos por salir bien librado.
Lo cierto es que nunca en su historia Xalapa tuvo tantos y tan buenos candidatos a alcaldes, en donde los principales protagonistas son él y David Velasco Chedraui, xalapeños reconocidos (Ahued por derecho propio porque no es nativo de la capital), empresarios, de familias amigas, compañeros exdiputados del mismo partido, aunque al final solo uno será el elegido. Ya habrá mañana tiempo y espacio para hilar más sobre el tema. Mientras elector razona bien tu voto y no dejes de ir a sufragar, no dejes que nadie más decida por ti.
Abogan a favor del arzobispo
Personas dignas de crédito me escribieron de Camerino Z. Mendoza para abogar a favor del arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, a quien un grupo político acusó se entremeterse en la elección a la alcaldía de ese lugar.
Me aseguran que el prelado no ha puesto un pie en ese municipio y que quien está atrás del señalamiento es el exalcalde y exdiputado Sergio Rodríguez Cortés, interesado en el caso porque su hermano Héctor es candidato a la alcaldía y está abajo en las encuestas y no levanta.
Según los remitentes, él es quien mueve a Apolinar Jaime Hernández para que haga las acusaciones. “Le rogamos atienda nuestra petición para que quede en claro que el clérigo está dedicado a su ministerio y reprobamos que se le involucre en una guerra sucia con fines políticos personales”.
Me dicen que los señalamientos no tienen ningún fundamento, que el gobernador debe llamar al orden a Sergio y no meterse con la Iglesia, con la que debe haber un respeto institucional y no ahondar más la distancia que hay ahora entre ambas. “Su imprudencia puede acabar de volcar el voto de la grey católica contra Morena. Los católicos de Mendoza queremos un proceso electoral en paz. No aceptamos que se quiera ensuciar la imagen del arzobispo Reyes Larios. Que sea la población, libremente, la que decida”. |