Creo que ya envejecí… tantos amigos y conocidos, de diferentes partidos, de diferentes siglas, de diferentes colores, se disputan un cargo de representación popular este domingo.
A ellos, no tengo más que decirles ¡suerte! ¡mucha suerte en sus sueños! que los que no los alcancen, tengan la paciencia, humildad y serenidad, para reconocer que no bastaron las buenas intenciones; los que los alcancen, vuelvan a retomar cada una de las propuestas que expresaron a esas personas que con su voto, creyeron en él, pero en esta ocasión, se las repitan a sí mismos como un ejercicio personal de comprometerse a cumplir lo prometido… creo que a estas alturas, debemos dejar a un lado el “Prometer hasta meter; y una vez metido, olvidar lo prometido”... las circunstancias obligan a nuestros futuros representantes, del partido que sea, a ser más serios, no en su actuar, sea en los Congresos local, federal o presidencias municipales, sino en los compromisos contraídos con una sociedad que les vuelve a dar una oportunidad, ya sea a su persona, ya sea a su partido…
Ahora, en verdad celebro que todos y cada uno de mis amigos y conocidos hayan llegado a este punto sanos y salvos… sí, hubo uno que se enfermó por Covid pero se recuperó para seguir en la talacha. En realidad, mi celebración va más allá de alguna enfermedad.
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Las elecciones, hasta donde tengo memoria, siempre se han caracterizado por la pasión que desborda a las partes en contienda. Podemos recordar confrontaciones verbales y algunas, hasta con golpes…
Lugar aparte merece el llamado Magnicidio. Es inherente ya en nuestra historia, en nuestra memoria, en nuestras elecciones, el homicidio de Luis Donaldo Colosio, hecho que marcó ese 1994. Hablamos de la violencia que sacudió a México con un asesinato en un candidato. Lo increíble es lo que hoy vivimos en este proceso electoral, de Veracruz extendiéndose a lo largo y ancho del País y del País, alcanzando a Veracruz.
En este siglo, no recuerdo por más que le pienso, alguna elección tan expuesta a la violencia como la que hoy se sufre.
La violencia no respeta género… lo mismo candidatos que candidatas son víctimas de este monstruo que se apodera del país y pareciera que pretende apoderarse de las elecciones… sembrar miedo… De la incertidumbre económica, pasamos a la incertidumbre electoral...
Nunca como ahora, el pretender o ser Candidato, dejó de ser la posibilidad de alcanzar un cargo de representación popular, para pasar a traer una Diana en las espaldas, para ser blanco de amenazas, atentados o en en el peor de los escenarios, ser asesinado.
Es decir, hoy pareciera que se es Candidato a la violencia que en estos últimos días, ha asentado sus reales en Veracruz.
Mi solidaridad con aquellos candidatos que ante las amenazas y en aras de proteger su integridad así como la de su familia, dieron un paso al lado.
Mi solidaridad con aquellas familias que perdieron o resultaron heridos sus seres queridos, ya sea los que buscaban participar en este proceso, y sus sueños fueron rotos por la delincuencia… o por aquellos, que acompañando a un proyecto, las balas los alcanzaron… choferes, escoltas, prensa, amigos...
Por eso, con tantos amigos involucrados en este proceso electoral, de distintos partidos, de distintos colores, con diferentes siglas, no me queda en serio que desearles suerte, y agradecer que estén bien...
smcainito@gmail.com |