Por ejemplo, si el precandidato López Obrador le hablaba a su esposa Beatriz para saber qué haría de comer, el hidalguense se enteraba en tiempo real que el tabasqueño comería ese día carne de res con frijoles y esa información la tenía también el Presidente.
Pero ojalá sólo se hubiera tratado de eso. Por medio del CISEN y Pegasus, Osorio Chong y Peña Nieto vigilaron a López Obrador, a su esposa, a sus tres hijos mayores y a 50 de sus colaboradores entre los que destacan Julio Scherer Ibarra y Alfonso Romo. Es decir, lo tuvieron bien copado.
Además vigilaron a panistas, perredistas, verdes, empresarios y a cientos de periodistas.
Todo esto está debidamente confirmado y es para que las autoridades ya hubieran sentado en el banquillo de los acusados al expresidente (sin necesidad de una encuesta ciudadana) y a Osorio Chong, como presuntos responsables de un delito grave y punible que se castiga con varios años de prisión.
¿Por qué no ha actuado en consecuencia López Obrador?
Alguien que trabajó cerca de Peña Nieto en el sexenio anterior y conoció muchos de sus enjuagues, me comentó hará cosa de un año algo que me pareció un poco fantasioso, aunque no lo eché en saco roto. Pero que hoy podría ser un bombazo.
Me dijo que cuando la campaña del candidato del PRI, José Antonio Meade entró en el terreno del desahucio, fue el propio Osorio Chong quien le dijo al Presidente que filtrara la información sobre el financiamiento de la campaña de López Obrador que no sólo le pegaría de lleno, sino que lo sacaría de la contienda electoral.
Peña Nieto sopesó la situación y la consultó con Luis Videgaray quien le aconsejó que dejara las cosas como estaban porque Andrés Manuel se había despegado muchísimo de sus oponentes y su cada vez creciente número de seguidores le festejaban hasta sus metidas de pata.
“Si filtras esa información, por muy fidedigna que sea, nadie la va a creer y eso fortalecerá a Andrés Manuel. Además, en el hipotético caso de que esos audios lo tumben, beneficiarás a Ricardo Anaya que va muy arriba de Pepe (José Antonio Meade). Y él sí te perseguirá si llega a la presidencia”, habría razonado el entonces canciller.
Peña Nieto guardó los audios y no tardó en pactar con Andrés Manuel.
Con los datos sobre Pegasus que tiene López Obrador, posee una mina de oro que sería un trancazo mediático en sus mañaneras. Pero está en una encrucijada.
A pesar de que sabe que por el tamaño del ilícito que cometió su antecesor y su secretario de Gobernación, el Ejecutivo a su cargo debe ordenar una investigación con su correspondiente sanción, le piensa y le sigue pensando.
Y es que si denuncia a Peña Nieto rompería el pacto que sería algo así como darse un balazo en un pie, porque los audios serían sacados de su escondite y se sabría quién lo financió por años.
Esto echaría por tierra el pedestal en el que lo tienen cientos de miles de seguidores, haría pedazos su imagen de político incorruptible y desplomaría su aún envidiable popularidad.
Quizá los audios no pongan en riesgo el resto de su gobierno, pero lo menguarán políticamente y le pegarán en la línea de flotación a la campaña de quien sea su candidato a sucederlo en el cargo. Eso sin contar con que el derrumbe de la 4T habrá comenzado.
bernardogup@hotmail.com
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