Para empezar, las escuelas deben estar limpias y desinfectadas. Eso, obvio, cuesta dinero. Luego está el uso obligatorio de cubrebocas, lavado de manos regularmente y acceso a gel antibacterial. Bueno, pues estas medidas cuestan. Debe haber mascarillas gratis para la gente que las haya olvidado, agua y jabón en los baños y estaciones de gel antibacterial por toda la escuela.
Muy importante: se debe tomar la temperatura a todo aquel que entre a la escuela. Para ello se requieren los termómetros. Más dinero.
Ni qué decir del distanciamiento social. En los países donde han permanecido abiertas las escuelas se ha implementado lo que se conoce como “división de cohortes”. La idea es reducir la cantidad de alumnos en cada clase y aumentar la distancia física entre ellos. Pero, además, hay que mantener a los estudiantes en grupos definidos para reducir los contactos. De esta manera, si un niño se contagia, no hay necesidad de cerrar toda la escuela. Sólo se envía a cuarentena al grupo de la persona infectada. De nuevo, esto implica dinero para ampliar los horarios de las escuelas y más horas de trabajo del personal.
Cada escuela debe llevar un sistema de información diaria y oportuna que les permita tomar decisiones con base en la evidencia empírica. Eso también cuesta.
En internet hay mucha información de mejores prácticas para el regreso a clases presenciales durante la pandemia. No se trata de inventar el hilo negro, sino de replicar lo que ha funcionado y proveer el dinero para que las medidas funcionen.
¡No más taxis en Xalapa!
Fidel Herrera Beltrán liberó el transporte público en su modalidad de taxis. De unos cuatrocientos que circulaban en Xalapa cuando El Tío llegó, nos la dejó en más de dos mil quebrando con ello a todos los que se venían dedicando a la actividad de taxistas, incluso echó por tierra a los flotilleros que eran prósperos empresarios del transporte quienes lograron reunir hasta quince taxis con los cuales acumularon riqueza.
Fidel además de terminar con ese negocio terminó de desquiciar el tránsito con tanto taxi circulando por todas partes, las angostas calles de Xalapa no son suficientes para imponer tres carriles, y lo que provocó fue un permanente embotellamiento por todos los rumbos de la ciudad. Llegó Javier Duarte y en vez de detener el reparto de permisos para transporte de taxi lo continuó, como negocio particular, hasta dejarnos en Xalapa con cerca de tres mil unidades circulando. Una locura.
Por eso es que alienta el anuncio del gobernador Cuitláhuac García, quien prometió que en su gobierno no habrá un solo permiso más. Lo anterior al abordar el asunto del transporte público en la capital del Estado.
García Jiménez, reiteró que en Veracruz no está permitida la operación de aplicaciones de transporte privado como “Uber” e “Indriver”, por lo que si laboran lo hacen de manera ilegal. Sin embargo, reconoció que han estado trabajando en una plataforma creada por el estado.
“En mi mandato no habrá Uber ni Indriver ni otra plataforma, si hubiera alguna, y es algo que hemos venido trabajando, es una del estado que no le implique un cobro al taxista, porque ese es el detalle de éstas, que hacen cobros, le cobran al usuario, le cobran al taxista y no pagan impuestos en el estado, hay que decirlo claramente, así pasa”, expresó.
En conferencia de prensa, criticó que tanto Uber como Indriver no pagan impuestos y que cuando tienen algún problema con usuarios o conductores “se lavan las manos”, por lo que no les permitirán su ingreso a la entidad. Mencionó que dicha medida busca beneficiar a los taxistas de Veracruz, ya que reconoció que actualmente hay muchos trabajadores del volante, ya que en sexenios anteriores se abusó en la entrega de placas. “Tenemos muchos taxis –dijo- abusaron dos sexenios atrás, todos hasta mi arribo en dar placas a diestra y siniestra y no llegaron al verdadero taxista, al verdadero conductor, y se abarató. Las placas que antes costaban 500 mil pesos y que era dificilísimo conseguirlas, ahora hasta en 60 mil, cómo vamos a complicarles más el problema a los taxistas, hay que dejar que se recuperen”. Con esa que nos haga buena se le reconocerá.
Denuncia a Guardia Nacional por extorsiones
Nuestro amigo de años Juan Sousa, nos buscó para decirnos que está “hasta la madre” de ser testigo de cómo policías de la llamada Guardia Nacional, antes Policía de Caminos, se dedican a extorsionar, todos los días, a los transportistas que llevan en enormes camiones productos del campo tales como naranja, algunas veces pollos, cerdos y toda clase de legumbres por en la región de el valle de Perote, aunque sospecha que esto se da en todo el territorio nacional.
De estos delitos seguramente no está enterada la señora Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, quien seguramente recibirá tremendos arcones la próxima navidad, de parte de sus elementos quienes desde muy temprano, sacan las mordidas suficientes para el desayuno y después a darle duro que la lana no llega sola. Cuánta razón tenía el Secretario de Marina cuando dijo que personas honestas no hay en una administración, con excepción de la Secretaría para la cual trabaja. Ojala alguna autoridad intervenga en esto que ya se volvió una plaga.
REFLEXIÓN
Ayer amanecieron las calles del primer cuadro de la ciudad abiertas, pudimos circular sin problema, pero a eso de las nueve de la mañana vino la contraorden y a poner los conos y las barras naranjas y otra vez el desmadre. De verdad que necios, con eso no se va a aplanar la curva de la pandemia del Covid-19, bloquear calles no sirve de nada, la gente que tiene que ir al centro va, aunque con las calles hechos bolas en las banquetas, arriesgándose a un contagio. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com |