“¡Vaya sorpresa!” atinó a escribir en su cuenta de Twitter…
En lo particular, ya lo veíamos venir hace casi dos meses, en la plática de casa cotidiana que tenemos en el desayuno, comida y cena: política. ¡Qué familia tan disfuncional hemos de ser que ya el sobrhijo participa de ellas! Lo único que no nos perdona es que a la hora de comer tengamos el televisor prendido para escuchar noticias.
Hace casi dos meses, entre esas pláticas, surge la columna “El PAN y sus mujeres”. Allí, entre otras cosas, daba cuenta de que en Veracruz, con la puerta abierta para el proceso de renovación en la dirigencia estatal del PAN, sólo había una mujer a la que le alzan la mano para participar en éste… conste: puse que “le alzan la mano” porque hasta el momento, que yo sepa, nunca ha dicho “esta boca es mía”, pero no por eso es menos interesante: Mariana Dunyaska.
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Fiel a mi costumbre (al menos en algo tenía que ser fiel…) antes de enviar la columna para su publicación, se la leo a la Mujer y cuando termino, me da su punto de vista: “Lilly Téllez”.
Su comentario iba con relación a que mientras citaba que en Morena sonaban tres mujeres para competir para el 2024 (Claudia Sheimbaun, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle), en el PRI no se mencionaba a ninguna; en Movimiento Ciudadano menos aunque la tendencia sea hablar de Mariana Rodríguez, la esposa del gobernador electo de Monterrey (bromeando un poco al omitir el nombre de Samuel García) y yo no citaba a ninguna panista…
Para Brenda, la Mujer, el nombre de Lilly Téllez era lo más lógico por estas razones inmediatas:
a) Es Senadora, lo que por el papel tan trascendente que tiene en la vida política en el país, tal escaño la pone en el balcón nacional, en los reflectores, en la mirada de todos.
b) Si está en esa mira, no es porque sea bonita, sino por la forma de ser y hacer tribuna en cada posicionamiento que da, como el de prometer llevar a Juicio Político a Andrés Manuel López Obrador, una propuesta política muy rentable en nuestros días. Es una mujer con tablas, con discurso, con argumentos, acompañados de una retórica impecable, que cada vez que habla, si yo fuera moreno, me iría untando Vitacilina. Algo parecido a Indira Rosales San Román, igual senadora, que también sabe lo que es la Tribuna a pesar de su corta carrera política. A nivel Congreso federal, es muy similar el papel de Mariana Dunyaska… a nivel Congreso local, era igual el papel de Maryjose Gamboa, por cierto, muy reconocida por el presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Javier Gómez Cazarín.
c) Haber “desertado” de las filas de Morena “por diferencias de criterio”. Y si bien, anduvo un tiempo como senadora sin partido, “comprometida a seguir hablando con la verdad”, en el PAN alguien tuvo el tino de convencerla para que jalara al lado azul. En pocas palabras, Lilly Téllez puede ser la cuña del mismo palo.
No obstante que hoy la senadora sea puesta entre las candidateables del PAN al 2024, al menos en estos dos meses de cuando la Mujer le puso el ojo en la mira, las cosas no han cambiado ni en el PAN, ni en Morena ni en el resto de los partidos…
Lilly Téllez aparece en segundo lugar entre unos seis y siete “candidateables” varones del PAN. Anaya ocupa el primer lugar en preferencias.
En el PRI, ni Osorio ni Alito, citados en la pasada columna. Con un mínimo de preferencias, Alfredo del Mazo. Alfaro sigue siendo la opción de Movimiento Ciudadano y en Morena, a pesar de que hay tres mujeres entre siete figuras, Marcelo Ebrard es la opción por la que se inclinan en las recientes encuestas de Arias Consultores. Tatiana Clouthier y Claudia Sheimbaun son segundo y tercer lugar. Rocío Nahle, en el quinto.
Ojalá la mención de Lilly Téllez al interior del PAN abra más puertas a sus militantes. Acá en Veracruz tienen a Indira Rosales, Mariana Dunyaska y Maryjose Gamboa… en el resto de los partidos es claro que las mujeres deben alzar más la voz y exigir más espacios… tirarse en la hamaca de la paridad es un avance pero no es la respuesta.
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