Pero reitero, se quedó a medias porque le faltó decir: “Ustedes digan ¿gobernador más inepto, ignorante, incapaz, nepotista, inculto, bueno para nada y también corrupto, deshonesto, mentiroso y represor? ganaron, lo tienen en Veracruz”. Quizá porque lo tuvo a su lado todo el tiempo que duró la ceremonia de inauguración de la librería “Manuel Maples Arce” en el Centro Recreativo de Xalapa.
De entre los defectos de que ha hecho gala Cuitláhuac García sobresale el de represor, calificativo que no acepta y le cae como patada al estómago, pero lo es. Y lo avalan cientos de ciudadanos a los que les ha echado a los policías cuando protestan por lo que él protestó y toman calles y avenidas como él las tomó.
Y dicho además por decenas de políticos a los que persiguió sin cuartel antes de las elecciones del 6 de junio. A unos los encarceló, a otros los hostigó y amenazó. Y esto aquí y en China se llama represión.
El pasado miércoles, pobladores de la comunidad de El Castillo bloquearon la avenida Antonio Chedraui en protesta porque las autoridades no han reparado un puente que destruyó el huracán Grace y los dejó prácticamente incomunicados. La víspera intentaron hablar con el gobernador o el alcalde y los mandaron al diablo.
A punta de macanazos y gases lacrimógenos, los policías dispersaron a los manifestantes y detuvieron a tres después de darles una buena calentada. El gobernador dijo que se va a arreglar el puente pero hasta octubre, “porque hay que someter la obra a concurso”, cuando desde que llegó a la gubernatura las obras han sido asignadas sin más concurso que el de su prepotencia y a los puros cuates.
También es un mentiroso deshonesto que ha dejado hacer a los delincuentes y tiene a Veracruz en el peor de los mundos.
Sin dejar de reconocer que sus antecesores han sido feos, corruptos, déspotas, canallas, represores y caciquiles, también es de justicia señalar que Cuitláhuac carga él solito con todos esos estigmas y algo más como por ejemplo, ser sin discusión el peor gobernador que ha tenido Veracruz.
Mañoso, Paco Ignacio Taibo II lo dejó deliberadamente fuera de las “ganancias” que han obtenido los veracruzanos y eso no sólo es tramposo, sino lamentable.
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