El chocojarocho cómo él mismo se autodefine, nace y vive para hacer política, es parte de su ADN; si después de Luis Echeverría Álvarez algún expresidente emula mejor los signos, formas y estilos de gobernar, sin duda alguna López Obrador es el mejor ejemplo.
Quizá por ello, llama la atención ese echar andar la maquinaria morenista para anticipar tiempos y con ello, adelantar una sucesión en todos sus posibles frentes –nacional y estatal.
La reciente visita al sur de Veracruz, vuelve a evidenciar ese intento por acelerar las cosas, a manera de dejar muy en claro hacía donde habrá de virar el gran buque presidencial a la hora de tomar su determinación por el relevó gubernamental de la entidad.
Si mientras militó en la oposición desde las filas del PRD tuvo siempre la intención de impulsar la carrera del hoy preso político Rogelio Franco Castán para hacerlo candidato al Gobierno de Veracruz –hoy se entiende el porqué del encono de no liberarlo, manera de mensaje “están conmigo o en mi contra”-, hoy su as bajo la manga, es harto conocido en la misma secretaria de Energía, Rocío Nahle García.
Aun así y tras revelarse la alianza entre Nahle y el senador con licencia y alcalde electo de Xalapa, Ricardo Ahued, quien afirman podría ser el plan B, el mandatario pareciera haber dado luz verde para la aparición pública de un diputado federal minatitleco.
Pero con estas formas y modos de ejercer el poder, el presidente abre la puerta de la rumorología y la especulación, que, en nuestra tierra, resulta ser una especie de suerte de prestidigitación entre los asiduos asistentes a los cafés del Puerto, de Xalapa, Córdoba, quienes hacen sus quinielas respecto a los posibles escenarios de sucesión gubernamental.
Dentro de esa arraigada práctica han comenzado a cuestionar algunos detalles.
El primero es la aparición del diputado federal y presidente de la Mesa Directiva del Congreso, Sergio Gutiérrez Luna quien ha comenzado a realizar un activismo abierto en la región de Minatitlán, de donde es originario.
Su presencia, con tal fuerza, ha cuestionado la posibilidad de que el presidente de México esté quizás acelerando el proceso de sucesión ante la posible salida del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez para ser enviado a una función mucho más ad hoc con su perfil académico y político.
Y es que, si la intención de presentar con tal fuerza a Gutiérrez Luna solo encontraría una clara explicación en el hecho de que, llegado el tercer año de funciones del actual gobernador, se le pretendiera relevar, para colocar en dicha posición al hoy presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados Federal, a modo, de allanar el terreno con un político más experimentado en cuanto refiere al tema del acuerdo y la suma de esfuerzos.
Por lo pronto, su presencia en el sur veracruzano ha sido grata y ha causado el interés de gran parte de la sociedad en el sur de la entidad, al ver en el político a un joven con alta capacidad intelectual, sensibilidad, apego y arraigo entre los suyos.
Seguramente Cuitláhuac García no estaría muy de acuerdo con la medida, pero una instrucción presidencial se debe asumir a cabalidad y si ya destapó entre sus cercanos a Nahle como la próxima candidata, pues él ya tiene claro para donde corren ya los vientos.
Vamos, no comamos ansias, aquí simplemente, dejamos liberar la imaginación fomentada por los mismos analistas cafeteros, dejemos pues que el tiempo devele si estamos ante ¿Una sucesión anticipada o un relevo acelerado?
Al tiempo.
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