le agregan que su actitud corporal es de apertura y seguridad.
En las dos alas occidentales del Palacio de Gobierno de Veracruz cundió la alarma, primero, y la desesperación después cuando comprobaron la cercanía que efectivamente guarda Sergio Gutiérrez Luna con el líder fundador de Morena.
Con una fotografía, con una sola imagen, se les cayó todo el tinglado mediático que estaban armando contra el diputado que se atrevió a venir a hacer lo que ellos no han podido: escuchar a la gente, interesarse por sus problemas, proponer soluciones posibles.
Dicen que ahí en las oficinas de Enríquez, el de piel menos oscura se puso negro del coraje y al otro se le blanqueó el aspecto con una lividez de cadáver... qué le vamos a hacer. Dicen que por las oficinas pasaban verdaderas cataratas de té de boldo para recoger la bilis.
Este apapacho presidencial para el paisano Gutiérrez Luna, aunque al parecer fue inconsciente y circunstancial, le da línea y ánimo para seguir su sorprendente campaña de presencia y apoyo a Veracruz; una campaña que ha despertado grandes expectativas, por un lado, y muchos enojos del grupúsculo en el poder.
Lo que viene realizando el tocayo Gutiérrez Luna en su tierra, está siendo bien visto en Palacio Nacional, aprobado por la máxima instancia delos morenos, por la única que vale. Eso trae de cabeza a los locales.
Y más puesto que Andrés Manuel López Obrador es un político que manda muchos mensajes simbólicos, y el de esa foto, donde muestra su satisfacción hacia el Presidente de la mesa directiva que le ha sacado adelante varios temas importantes, no puede ser más claro.
He ahí la razón por la que esa foto se ha distribuido con tanta celeridad y profusión n las redes manejadas por la 4T, en donde no aparece una línea sin que sea aprobada por el propio factótum.
Pero parece que acá no lo quieren entender, metidos como están en su soberbia, en su necedad y en su falsa realidad.
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