Desde hace ya varios años, los vecinos de la laguna del Farallón en el municipio de Actopan, habían venido advirtiendo sobre el peligro de que ese manto acuífero desapareciera y se secara, pues eso finalmente ya ocurrió.
La laguna del Farallón se encuentra en la costa veracruzana, precisamente a un costado del fraccionamiento de residencias de los funcionarios de la central nucleoeléctrica de Laguna Verde y hasta hace poco tiempo era un lugar hermoso y lleno de vida.
Esa laguna forma parte de una serie de cuerpos acuíferos naturales que se localizan a lo largo de la costa y se pueden apreciar cuando vamos viajando por la carretera.
Otra de esas lagunas, es la que se localiza a un costado de la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde, que por los tonos de color que tiene, se le conoce con ese nombre.
Más adelante, cerca de Villa Rica, hay otro cuerpo de laguna, que desde tiempos prehispánicos fue elegida como un asentamiento totonaco y en donde se dio el famoso encuentro del conquistador Hernán Cortés con el gobernante de ese lugar el llamado Cacique Gordo.
Aunque desde hace ya muchos años, cuando los vecinos de la laguna del Farallón empezaron a notar que estaban bajando los niveles del agua, dieron la voz de alerta de que algo irregular estaba ocurriendo, pero como sucede tantas veces, nadie les hizo caso.
En esa laguna del Farallón, había peces de varias especies, incluso las famosas mojarras, que se preparaban fritas en una cabaña-restaurante, que se encontraba hasta el fondo del espejo de agua, por lo que solamente quienes conocían bien el lugar llegaban a disfrutar de esos manjares.
Incluso para los amantes de la fotografía, desde el fondo de la laguna, al otro lado de la carretera, se podrían tomar bellas imágenes de la naturaleza del lugar.
En el asesinato de la laguna del Farallón, se supone que deberían de haber intervenido desde hace mucho tiempo, las autoridades de los tres niveles de gobierno, municipal, estatal y federal, luego del llamado de auxilio que dieran en su oportunidad los vecinos.
Pero nadie hizo nada.
La consecuencia de esa falta de acción, es que ahora la laguna -que alcanzaba varios metros de profundidad, ahora está convertida en un paisaje desértico.
Y que no nos vayan a salir con el cuento de que es resultado del cambio climático.
Porque desafortunadamente, igual que en tantos otros lugares, el daño al medio ambiente, es consecuencia de la mano del hombre.
Por eso son las autoridades del medio ambiente -de los tres niveles de gobierno- las que, en principio, deberían de acudir para conocer y determinar el motivo por el cual esa laguna se secó y quedó convertida un pequeño charco de agua.
Tendrían también que establecer las acciones que se tengan que tomar, para ver si es posible aún, salvar a la laguna del Farallón, por todas las implicaciones que tiene su correcta conservación.
No se vale que en beneficio y provecho del agua por unos cuantos, se afecte y altere el medio ambiente, de por sí, ya tan castigado.
Ojalá y ahora sí, las autoridades que tienen competencia en el asunto, tomen las acciones que desde hace ya mucho tiempo, debieron ponerse en marcha, para evitar lo que hasta ahora ya ha ocurrido, la muerte de la laguna del Farallón.
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