Hoy el PRI de Veracruz vive una quiebra política, moral y económica.
En lo económico, el desastre financiero del Revolucionario Institucional es notorio, tanto que dejaron de pagarle a los empleados del partido desde mediados de diciembre, alegando el recorte de las prerrogativas al 50% y otros desastres administrativos.
A los empleados les informaron que habrá “un atraso” en el pago de las primeras dos quincenas correspondientes a este año, por ese recorte.
A quienes trabajan para vivir, el pago no les llega, pero a los altos cuadros del partido y a los 70 aviadores -que acusan existen-, a esos no les falta nada.
La circular SFA/TS/005/2022 emitida por Noé Sánchez Garrido, Tesorero del PRI Veracruz, le dice a los empleados que “se están realizando acciones que permitan allegarnos de recursos y poder estar en condiciones de dar cumplimiento a las obligaciones contraídas”.
Vaya, ¿y qué tipo de “acciones” están realizando?.
Un rumor insistente menciona que están buscando comprador para los bienes inmuebles del PRI, con el pretexto de que les sobra espacio.
Marlón Ramírez ni se ha preocupado por desmentir esto, lo que en parte ha sido el fuego que ha hecho crecer la especie.
LA QUIEBRA POLÍTICA
Marlón Ramírez debió de haber renunciado desde julio del año pasado, agosto, a más tardar, por los desastrosos resultados que obtuvo en la pasada elección, en donde sólo se ganó una diputación federal, la que le tocó contender a José Francisco Yunes Zorrilla.
En lo local sólo hubo tres diputaciones, y hasta eso, plurinominales, porque los candidatos de Marlón y su grupo no pudieron ganar ni un distrito.
Una de las curules plurinominales se la quedó el mismo Marlón, otra fue para Arianna Guadalupe Angeles Aguirre, la secretaria general del partido, después de que hicieron un acuerdo en lo obscurito con Cuitláhuac García y con el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados local, Juan Javier Gómez Cazarín, para que este repitiese como diputado y de paso quitarse de encima a Héctor Yunes Landa, a quien le tocaba la diputación local.
Tanto Marlón Ramírez como Arianna Angeles hicieron un trabajo desastroso en la pasada elección, que se nota en la pérdida de 100 mil votos tan sólo entre los comicios de 2018 y 2021, cuando el PRI cayó de sus ya lánguidos 462 mil 424 votos en la elección de diputados, a 366 mil 31, en 2021.
Desde ahí, ambos debieron de haber renunciado, sobre todo porque ya tenían la diputación local amarrada.
Pero se aferraron al cargo para seguir defendiendo sus privilegios, que incluyen el reparto de posiciones para familiares, amigos y hasta “amantes”, según mencionan dentro del mismo PRI estatal.
LA QUIEBRA MORAL EN EL PRI
Entre sus privilegios se encuentra un sueldo alto que esconden.
En la nómina de 2020 el sueldo de Marlón Ramírez era de 95 mil 940.78 pesos, mientras que Arianna Angeles tenía 91 mil 039.62 pesos mensuales.
Moralmente eso es inadecuado.
Para simular se “bajaron” el sueldo, supuestamente, pero los gastos de nómina del PRI en lugar de bajar crecieron más.
La nómina que hoy tiene el PRI estatal en su página de transparencia, no tiene los datos reales de sueldos en ese partido.
Es más, no tiene ni siquiera todos los nombres de las personas a las que les entregan dinero por concepto de sueldos o prestaciones, según apuntan empleados de ese partido.
Anilú Ingram también tiene metidas las manos en el PRI estatal, tanto que además de que se quedó con una de las diputaciones plurinominales, logró colocar al que dicen es su novio, compañero o pareja (hay quienes le dan otra denominación, pero eso es otra cosa), Fernando Kuri Kuri.
A Anilú Ingram le atribuyen tener en la nómina del PRI a Héctor Alejandro Barrientos Haces, al cual señalan que nunca se presenta al PRI estatal; también a Sergio Omar Viveros Dorantes, su operador en Sedesol y a Juan Antonio Kuri Ramírez, ahora ambos en la Secretaría de Elecciones del PRI estatal, con su pareja Fernando Kuri.
Kuri Kuri fue diputado local, bajo la sombra de Javier Duarte, y cuando comenzó el actual gobierno lo nombraron como delegado del ISSSTE en el estado, cargo que luego le retiraron por alguna razón.
Fernando Kuri tiene en su nómina a Carlos Hermilo Ochoa Lendechy, esposo de Karla Estrada, quien se hizo famosa por golpear a policías en Martínez de la Torre y que fue candidata perdedora a la presidencia municipal de Martínez de la Torre en las pasadas elecciones.
Después de haber estado fuera del PRI, de haber brincado de un partido al otro, de aliarse y servir a Morena, regresa al PRI estatal de la mano de Anilú Ingram, la cual, asientan, aportó 5 millones de pesos para la campaña de Marlón Ramírez, por eso el derecho de picaporte y de colocar a personas.
Anilú y Kuri Kuri nunca han negado la especie de tener una relación sentimental, pero sí es evidente que desde el 2017 realizan actividades juntos. Por ejemplo, el 25 de junio de ese año, Anilú Ingram, entonces delegada de la Sedesol, inauguró un comedor comunitario en Playa Vicente (que después desapareció, aunque hay quienes asientan en ese municipio que nunca funcionó) y estuvo acompañada de Fernando Kuri.
En el 2021 a esta pareja, a la que también vinculan con Jorge Carvallo, le dieron la operación política de las elecciones de ese año, cuando Marlón nombró a Anilú coordinadora estatal de Recupera y a Fernando Kuri desde el 11 de septiembre del 2019 lo designó secretario de Elecciones del PRI, sin importar que cuando fue diputado local creó una bancada que se alió con Miguel Ángel Yunes.
A Arianna Angeles Aguirre le dejaron poner múltiples candidatos, todos perdedores. Un ejemplo el candidato a la presidencia municipal de San Andrés Tlalnehuyocan, fue Alain Angeles Aguirre, hijo del alcalde que salió David Angeles Aguirre (los mismos apellidos que los de Arianna).
Pero la familia hizo tan mal trabajo en la presidencia municipal que fueron arrasados por una candidata desconocida que postuló Morena.
Otro de sus recomendados es Gustavo Landa Cabrera, su esposo, quien ahora es regidor en el municipio de Emiliano Zapata.
Pero su colmo es que colocó como regidora única de San Andrés Tlalnehuyocan a su abuela materna Delfina Iturralde Sánchez.
En la lista de los que cobran en el PRI también aparece Carlos Brito, como Comisionado Estatal de Procesos Internos, el cual en el 2020, antes de que modificaran la nómina, tenía asignados 55 mil 262.12 pesos mensuales.
La ocupación del PRI estatal, por lo que no quieren dejarlo, también implica el tener ahí a Julio César Cerecedo Aguilar, quien en la nómina original tenía 63 mil 87.4 pesos de sueldo, como pago por la operación política para que Marlón tenga la dirigencia estatal de ese partido. Fue el secretario de Organización del PRI estatal en el proceso interno por el cual llegó Marlón Ramirez y fue director de Política Regional cuando este fungió como subsecretario de gobierno.
Otro “colado” es Joel Arcos, quien defenestró del PRI y reaparece en el proceso interno para llegar a la dirigencia estatal, para apoyar al ahora dirigente estatal en trabajos especiales, como él lo dice. En la nómina original aparece simplemente como “administrativo” y con ese cargo se le asignó un sueldo de 57 mil 857.67 pesos.
Pero no son los únicos. Hay otros favoritos, como Noe Sanchez Garrido, amigo personal de Marlón Ramírez, el más cercano, quien primero está en la secretaría particular, y asume la Tesorería del partido a la salida de Felix Alfredo Niño Flores quien se va a la dirigencia municipal del PRI Xalapa.
Alfredo Niño, también es amigo personal y socio de Marlón Ramírez. Fue coordinador del área administrativa de la subsecretaría de Gobierno cuando el ahora dirigente estatal del PRI ocupó ese cargo y antes de ser el dirigente municipal del PRI fue tesorero del Comité Directivo Estatal, posición que dejó para buscar ser el número uno de la lista de candidatos a regidor en la pasada elección; a pesar de que estaba en esa lista, nada hizo porque mejorasen los resultados de David Velasco, el candidato a la presidencia municipal.
También fue acusado de asociarse con Shariffe Osman Flores para desviar recursos de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), además de que se relaciona en un hecho de extorsión por parte de un grupo delincuencial.
Ramon Alberto Reyes Viveros, también es amigo personal de Marlón Ramírez. Fue Coordinador operativo de la delegación de Sedesol y ficial mayor de la SEV con el tristemente celebre Vicente Benítez y estuvo en el partido Nueva Alianza; actualmente es secretario de Comunicación Institucional.
En ese grupo también está Mauricio Carlín Carrillo, expresidente municipal de Carlos A. Carrillo; fue amigo y operador político del difunto Juan Carlos Molina, pero con tan malos resultados que el evento agrario realizado el pasado 6 de enero en ese municipio estuvo apagado y con muy poca convocatoria.
Esperanza Ivett Leyva Eufrosino, tiene aproximadamente 14 años en el Comité Directivo Estatal en la Contraloria, recomendada por el contralor Lorenzo Portilla; con Marlón hizo lo mismo que antes: acomodarse a su gusto y necesidades, arreglando las cuentas para que aparenten que todo está bien. |