Podemos concederles razón y quizás la tengan… más cuando estamos acostumbrados a un quehacer político por parte de nuestros representantes populares y funcionarios que encontrarnos, no sólo con Cuitláhuac, sino con una cantidad de diputados y con alcaldes y demás fauna morena con una forma muy particular de entender y hacer política, hacen que nuestra lógica se rompa con sus criterios.
Y sólo así, concediendo la razón, llegamos a un punto: “¡Ok! Está bien… pero explíquenme: ¿por qué entonces tenemos un Gobernador que no parece Gobernador?”
Si ya había una constante en las bondades del Gobernador entre estos morenos, igual hay una constante en las maldades en torno al Gobernador. Lo fantástico es que los morenos aplican la de AMLO o la de Harry Potter:
Por un lado, es el Innombrable… por el otro lado, el que no se debe nombrar… así, como lo hicieron con Carlos Salinas de Gortari… así, como lo hicieron con Voldemort…
No citan su nombre, se refieren al personaje, hacen una figura al aire con la mano o sólo dicen “¡el hijo de la chingada ése!”
Les comento que esa percepción que se tiene del Gobierno del Estado igual se refleja en el Poder Judicial, en la Fiscalía, hasta en cierto grado en el Legislativo donde se siente una rebelión en la granja, silenciosa… ¡qué decir de los autónomos!
Y sí, todos coinciden: mucho daño hace el Innombrable, el que no se debe nombrar, a tal grado que lo señalan no sólo de ejercer una especie de Gobierno de Miedo sobre alcaldes (más ahora que están frescos los de recién ingreso) a los que no sólo obliga a comprar papelería a determinada empresa sino hasta equipo vehicular en determinado lugar, entre las más recientes leyendas que se tejen en torno a este remedo de Voldemort.
Pero si todos coinciden en que hace daño al Gobierno de Cuitláhuac, mi pregunta es: ¿por qué no hay un manotazo en la mesa por parte de García Jiménez?
Muchos, lo desconocen y pocos se atreven a dar una hipótesis.
Los segundos creen que el Innombrable le sabe algo… no, corrigen de inmediato algunos de los segundos: no es que le sepa algo, sino que le tiene algo. Sólo así se entiende que con todo y el desastre que significa tenerlo ya por tres años, lo mantenga allí aun cuando lo señalaron de dar cobijo a un cartel…
Como sea… por muchas buenas intenciones y bondad que tenga el mandatario estatal, mientras alrededor del Gobierno del Estado la figura de este personaje se mantenga, Cuitláhuac no dejará de parecer un blandengue que aparenta tener poder sin ejercer.
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