Columna sin nombre.
Pablo Jair Ortega.
 

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¿En verdad van a tumbar a la 4T con protestas virtuales?
2022-02-15

+ La mayoría de los gobernadores.


+ Monreal ya se anda soltando; Dante desapareció.


+ ¿Y sí hay cartas fuertes para 2024?


Canallín pasó de ser “Chicken Little” a “Chicken Run”


—Chopenjawer


El fin de semana fue muy sonada una reunión virtual en Twitter donde miles de usuarios se “reunieron” a escuchar opiniones y diálogos que se originaron a raíz de la protesta digital bautizada como #TodosSomosLoret, que más allá de ser una verdadera manifestación se convirtió en una reunión de opositores políticos, periodistas que vomitan a la 4T, “haters”, bots de 7 a 14 seguidores y anexas.


AMLO y sus cercanos sin duda estuvieron tranquilos ese día: “Ahí que hagan su protesta en Twitter”, que por cierto no es la red más influyente en México y eso lo saben quienes se dedican a eso: está muy por debajo de Facebook, YouTube, Whatsapp, Instagram y Tiktok.


Tuvo bastante gente conectada, pero ya es más que sabido la manera en que operan las redes: se inflan números de seguidores, se crean grupos para promover la difusión, etc. Son contados los casos de reales seguidores en cantidades gigantes.


Y sí, pueden decir que llegaron cientos de miles, pero no deja de ser una protesta virtual, etérea. Que ahí bien pueden estar ciudadanos inconformes, “tuitstars” de la derecha o un enfermizo resentido con múltiples cuentas, pero sigue siendo virtual, etérea.


Por ejemplo, el periodista Julio Hernández, de la famosa e influyente columna “Astillero”, pidió a los organizadores de dicha “protesta” (una supuesta sociedad civil) una entrevista para conocerlos mejor, pero ninguno dio la cara y no se asomó un representante real. Haga de cuenta que estaba lidiando un robot que te contesta los mensajes.


Veracruz tiene mucho de ejemplo en cuanto al uso de redes sociales para temas políticos disfrazados de “inconformidades ciudadanas”, como cuando un grupo denominado HijasDeLaMX (o al menos algunas de sus voceras) estaba operando en “secreto” con periodistas anti4T y el exfiscal prófugo de la justicia, Jorge Winckler, para atizar temas como feminicidios y desaparecidos. Lo anterior se supo porque mujeres del mismo colectivo virtual comenzaron a denunciar que el grupo estaba siendo utilizado para golpeteo con intereses políticos y finalmente no pasó de ahí.


Por cierto, en ese entonces decían que hasta iban a tener el apoyo de Carlos Loret de Mola, según les vendía su disque representante en el estado.


Mire, las redes sin duda son el espacio donde se han volcado aquellos que por años quisieron entrarle a periodismo, pero por falta de talento, de capacidad o por la manera poco ética de actuar (hay valiosas excepciones de gente que ha sabido hacer periodismo en redes más allá de los que se dicen verdaderos periodistas) nunca pudieron entrar a medios y finalmente encontraron un nicho donde fácilmente pueden publicar sin restricciones y tener el eco, el reflector que siempre quiso.


También en Veracruz hay ejemplos de que tener un buen equipo o manejo de redes (más likes, más comentarios, más compartidos) no necesariamente implica que sea una representación de la realidad. Ahí esta el caso de la pasada contienda por la gubernatura, cuando con todo y el aparato mediático, el candidato panista Miguel Ángel Yunes Márquez no logró vencer a su adversario Cuitláhuac García.


La moraleja de esa elección fue sencilla: las redes no votan o lo hacen muy poquito. No representan garantía de votos o de triunfo electoral.


Quienes hemos trabajado en gobierno o partidos también sabemos que es una ilusión el pensar que realmente los usuarios de redes sean 100% auténticos en sus comentarios o en sus reacciones. Finalmente es una guerra entre simpatizantes y opositores que se queda en el ámbito de lo virtual.


Los que también hemos trabajado en este rollo de los medios también sabemos que de la nada pueden surgir “barras” o “asociaciones” como “Barra de Eruditos Razonables Galácticos Asociados” o la “Coalición de Uberhombres Letrados Omnipresentes Sociales” o la “Federación Opositora Latinoamericana Lingüística Adherida Regionalmente”, sentarse en un café y opinar, tirar caca y hacer ruido, más si las notas periodísticas logran colocarse estratégicamente en donde puedan hacer resonancia.


La verdad creo que hay un mundo muy distante entre lo que se ve en redes o lo que creemos que se lee en periodismo y lo que realmente sucede en la calle, en el sentir real de la gente que está más preocupada por su entorno laboral, de seguridad, económico, salud, pandemia, etcétera: las chicas de la farmacia donde uno hace sus compras están más pendientes de la clientela que llega a cada rato; el veterinario que abre puntualmente y atiende a sus pacientes peludos; el de la moto de los mandados anda al tiro con los envíos y pedidos, ganándose el pan de cada día; el ñor de la tienda que no se pone cubrebocas, pero curiosamente nunca le ha dado Covid, pero ahí anda como si nada atendiendo desde temprano hasta muy tarde… y así todos los changarros que abren, trabajan, terminan y se van a sus casas.


Quizás entre algunos de esos haya alguien que tuvo un mal día y desquite su furia mentando la madre al gobierno —como aquel que una vez se le ponchó la llanta de la camioneta y fue a despotricarle virtualmente al Américo Zúñiga, entonces alcalde de Xalapa— pero a lo que quiero llegar es que hay una base social muy bien cimentada por la Cuarta Transformeishion que si alguna vez estuvo en manos de otros partidos, esta se fue alejando o perdiendo precisamente porque los institutos políticos se fueron convirtiendo en cúpulas de grupúsculos que a veces ni siquiera representaban a un grupo pequeño de vecinos (una vez un líder juvenil del PRI dijo que aportarían 20 mil votos a Yunes, cuando en realidad nomás traía a un par de weyes a su lado… y ya).


Recientemente alguien nos comentaba, por ejemplo, que la 4T tuvo el tino de reclutar a sus propios operadores políticos y meterlos a nómina por todo el sexenio —los llamados “Servidores de la Nación”— a diferencia de los demás partidos que buscan a los operadores sólo en tiempos de campaña, les daban chamba temporal y después los dejaban a su suerte.


Entre esos manifestantes virtuales de redes y los grillos que se mueven mediáticamente, están la mayor parte de muchos que hoy despotrican, odian, repelen; hay voces sensatas que bien pueden dar una opinión sobre un tema determinado (el monero Patricio hace poco decía que no estaba de acuerdo en que se dieran datos privados de Carlos Loret como sus ganancias, pero que igual Loret merecía cárcel desde los tiempos de Genaro García Luna y sus conocidos montajes) pero todo pasa desapercibido en un México polarizado donde a veces se nos olvida qué hay vida más allá del pajarito azul y el Feis: el México real más allá de los azotados en redes sociales.


Tampoco quiere decir que las redes no sirvan, pues apoyan mucho en momentos donde se necesita de la solidaridad con causas nobles como las donaciones o la búsqueda de personas, o simplemente para hacer viral un mensaje. Esa es la otra cara: la amable, la que no es política, la que es meramente por entretenimiento, ayuda o distracción.


No obstante, se observa y se vive como sociedad un fenómeno nunca antes visto, con un “debate” en redes que prevalece, en el que estás de un lado o de otro, pero difícilmente permaneces en medio, pero hasta ahí llega… Es tan efímero que lo que se presumía como un parteaguas político-mediático realizado en Twitter, terminó opacado por el truene de Belinda y Nodal o por el Superbowl y su show de medio tiempo.


Todo está en el aire. Se manejan encuestas y cifras, pero lo real ya lo veremos en abril en la revocación de mandato; y en ese momento, observando cómo se ratifica una voluntad mayoritaria del pueblo a favor de AMLO, se percibirá que lo que ocurre en redes es solo virtual, no trasciende ni se traduce en votos.


¿O será que tumben al patriarca? La neta, se duda, pero en una de esas hacen otra “manifestación” ahora en el metaverso de “Suckerverg”, con pancartas digitales, desde la comodidad del celular.


NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Lo remarcó bien el gober Cuitláhuac en su conferencia de prensa: son 18 gobernadores de Morena, la mayoría del país, los que salieron a defender a AMLO, pero en el terreno electoral, en los próximos meses, se sumarán más estados. Por lo menos dos: Quintana Roo y Oaxaca, pero podrían sumarse Hidalgo y Tamaulipas. Igual y uno se equivoca y sólo gana uno…


OTRA NOTA: Es raro, pero el tema de la violencia en Zacatecas es ignorada en la agenda política nacional. Parece que es más grave atender el tema de ultrajes en Veracruz a lidiar con un gobierno fallido infestado de notas rojas; ni Comisión han hecho en el Senado para investigar qué ocurre en ese estado… Por cierto, Monreal ya comienza a soltar su acostumbrado veneno, con fingida cautela; el que se apagó de unos días para acá fue el Tío Dante, de no ser por su escándalo con el mirrey Palazuelos… Ojo: Dante le apuesta a este estado porque ya tiene en la bolsa a Nuevo León y Jalisco, que son las otras entidades más productivas del país; con Quintana Roo sumaría otro, que es líder en el tema de finanzas turísticas.


LA ÚLTIMA PORQUE MUCHO FRÍO EN LAS PATAS: Ricardo Anaya ya perdió su timing para capitalizar su cantaleta de perseguido político y como figura de la oposición ya tiene muy lejos cualquier posibilidad para competir en 2024… De hecho, uno se pregunta ¿y a quién tienen pensado los opositores a Morena para la boleta en ese entonces? Hay nombres muy buenos como Mauricio Vila, el gobernador de Yucatán; se habla también hasta de Colosio Jr., pero también hay cartas pésimas muy quemadas como el propio Anaya… De hecho, a estas alturas, ya debería —creo— verse una figura fuerte de la oposición; alguien que digas: “este sí le anda metiendo un susto a la 4T”, pero no, nada.


@pablojair

 
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