EL PADRÓN electoral del país, se encuentra constituido por más de noventa y cinco millones de ciudadanos mexicanos, debidamente inscritos, lo que significa que la revocación de mandato, necesitará, más o menos, unos treinta y siete millones de votos para que se considere viable, es decir, con un porcentaje del cuarenta por ciento, ordenado constitucionalmente, para que esta consulta pueda ser vinculante para los efectos que se persiguen con este ejercicio democrático en todo el país. De esa cantidad, se necesitarán el cincuenta por ciento de los votos en contra de la permanencia del presidente de la república, para que López Obrador, tenga que dejar el mando de su gobierno y que el congreso federal, proceda, conforme a la misma disposición constitucional, a nombrar a un nuevo mandatario en calidad de sustituto y quien tendría, en todo caso, la responsabilidad de cumplir con la conclusión del ejercicio público del poder para el cual fue electo el jefe del poder ejecutivo federal, es decir, seis años de gobierno.
Ante la serie de controversias que se han suscitado a lo largo de estos meses, relacionadas con los desacuerdos ciudadanos en el sentido de que unos consideran que debe ratificarse al presidente de la república, mientras que otros no aceptan este proceso, principalmente, por costoso y que no existe ninguna necesidad de aplicarlo, porque ya existe un periodo sexenal para el cual fue votado el presidente y que la revocación solo interesa al propio mandatario y a quienes, por ser sus seguidores, lo apoyan.
Después de aclarado este punto, surge la pregunta en todos los sectores de la sociedad, la cual no ha tenido respuesta ni la tendrá mientras no se lleve a cabo este proceso que es organizado por el Instituto Nacional Electoral, de cuántos ciudadanos saldrán a depositar su voto en las urnas, el próximo domingo diez de abril.
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De acuerdo a los pronósticos de los analistas políticos y diversas opiniones que se han dado en los recientes días, se asegura que acudirán a las urnas un porcentaje aproximado al diez o quince por ciento de los ciudadanos que cuentan con su correspondiente credencial de elector, lo que da por hecho que no se llegará al cuarenta por ciento del padrón electoral, requerido inicialmente para que pueda ser vinculante este resultado, quedándose muy atrás la posibilidad de que los votos en contra de la permanencia del presidente, puedan emitirse, lo que se entenderá como una especie de ratificación del mandatario, objetivo perseguido, precisamente, por lo promotores de esta figura democrática, introducida en la constitución general de la república.
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TODO A FAVOR DEL PRESIDENTE.
SALVO QUE LAS CIRCUNSTANCIAS políticas que se viven actualmente en todo el país y especialmente con respecto a la desconfianza que se manifiesta en contra del presidente, acudiendo en verdad, por lo menos el cuarenta por ciento del porcentaje requerido para votar en las urnas que se instalarán para concretar la consulta popular denominada “revocación de mandato”, cuyos resultados, además de ser vinculatorios, demuestren una votación de más del cincuenta por ciento en contra, lo demás que surja de este proceso, será a favor del presidente, es decir, sino se llega a la cantidad requerida para que deje el mando, se considerará como una ratificación en el mismo. Si el proceso del domingo, no cumple, cuando menos con el cuarenta por ciento de votantes, también se considerará como ratificación del presidente, es decir, que el mandatario nacional, tiene casi todas a su favor, por lo que el interés de los ciudadanos mexicanos para participar en este ejercicio cívico, se ha visto disminuido y es por lo que muchos, de plano, aseguran que no votarán.
Esta consulta es totalmente diferente a cualquier otro proceso, donde no se elegirá a nadie, por lo tanto, no hay, que se sepa, el interés general para acudir a las urnas.
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CONTRA LA REFORMA ELÉCTRICA.
DEFINITIVAMENTE, el posicionamiento general de la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional, es en el sentido de respaldar a la coalición legislativa del congreso federal, para votar en contra de la reforma eléctrica, iniciativa presidencial que lleva, por lo menos, siete meses de haberse presentado por parte del ejecutivo federal, tiempo en el cual ha sido analizado su contenido de manera profunda por las distintas bancadas que integran la oposición, llegando, finalmente, a la conclusión de que esta reforma sigue siendo un verdadero peligro para la nación, según las palabras del propio dirigente nacional priista, Alejandro Moreno Cárdenas.
La reforma en cuestión, ha sido discutida en varias ocasiones y no se ha llegado a ningún acuerdo sobre ella, sobre todo, porque no permite que haya modificación alguna, es decir, que la bancada del partido político en el poder, siguiendo las instrucciones del presidente de la república, no accede, siquiera, a que se le cambie una coma, de tal manera que su contenido tiene que ser aprobado tal y como se ha presentado, sin considerar que lleva muchos lineamientos que no benefician, de ninguna manera, al pueblo mexicano.
La ley Bartlet, como se le conoce, no será aprobada en los términos que ha sido enviada, obteniendo un rechazo contundente por parte de las bancadas legislativas de la oposición.
El tema, por lo tanto, se ha complicado en las últimas horas, sobre todo, para la bancada legislativa de morena, así como para el presidente de la república, quien no ve la manera de salir adelante con esta propuesta, en la que no busca consenso, sino una evidente imposición, propia de los gobiernos absolutistas. Lo anterior, va aunado a los serios problemas que en materia de energía se están presentando en todo el país, debido a los incrementos de las energéticos, principalmente, el gas doméstico y las gasolinas, a las cuales se les ha retirado el subsidio del impuesto especial sobre producción y servicios.
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