Lo repetimos, en un país donde el jefe del Ejecutivo se la pasa fustigando periodistas, es de entender que los miembros del crimen organizado, incluso funcionarios públicos, agredan o hasta asesinen a periodistas, sin que les tiemble la mano. Tan sólo el lo que va del año ya son 11 periodistas asesinados, 36 en el sexenio de López Obrador. Y después de los asesinatos, el discurso vacío por parte de las autoridades. En este caso el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, sacó el discurso preparado para estas ocasiones: “Que le quede claro a quien no quisiera entenderlo, en Veracruz ya no hay ni complicidades ni se tolerará estas agresiones”. ¿No se tolerarán este tipo de agresiones? Señor gobernador, las periodistas Yessenia Mollinedo Falconi directora del periódico “El Veraz” y Sheila Johana García Olvera quien se desempeñaba como camarógrafa, ya fueron asesinadas. No las agredieron, las asesinaron con su permiso o sin su permiso; con su tolerancia o sin su tolerancia. De modo que haga el favor de eliminar de su texto vacío eso de “Que le quede claro a quien no quisiera entenderlo, en Veracruz ya no hay ni complicidades ni se tolerará estas agresiones, cualquiera que sea la motivación. Daremos con los perpetradores de este crimen, habrá justicia y no habrá impunidad como lo hemos dicho y hecho en otros casos. El Gobierno del Estado ya no es omiso ni cómplice, vamos tras ellos”. Deje de echarle la culpa al pasado. ¿No se ha dado cuenta que después de tres años y medio en el gobierno usted también es el pasado?

Ya regresó AMLO de Cuba. No nos regresa Austria el penacho de Moctezuma, pero Cuba nos da la pistola de Pancho Villa; ni sabíamos que existía

En redes sociales se posicionó el hashtag #AMLORidículoMundial. Esto por las vistas que hiciera López Obrador a Honduras, El Salvador y Cuba. Con los tres países hizo convenios de colaboración, sobre todo sobre los programas sociales que ha implementado en México, los cuáles por cierto no han dado los resultados que él deseaba. En Cuba quiso impresionar a los cubanos exigiendo al gobierno de los Estados Unidos a que retirara el bloqueo que tienen contra la isla desde hace 60 años. Por supuesto, Joe Biden, como todas las ocurrencias de López Obrador, no hará caso. Tal vez por ello les impusieron al presidente mexicano la medalla que lleva el nombre del libertador José Martí. Pero no sólo eso, también le dieron la pistola que Francisco I. Madero le dio a Pancho Villa. Vale mencionar que una de las promesas incumplidas de López Obrador fue traer el penacho de Moctezuma que tienen en un museo de Austria; algo que nunca va a ocurrir. Como consuelo, en la mañanera el presidente presumió el regalo: «Vamos a ver dónde la mostramos, la exhibimos para que la gente pueda verla, puede ser en el museo de Historia, aquí tenemos el mausoleo donde estuvo preso Madero». La verdad es que ni enterados estábamos de esa reliquia.

Le dicen al Canelo que no busque revancha contra Dmitry Bivol; no quieren que se exponga a otra madriza

Después de la derrota en contra del boxeador ruso, Saúl “El Canelo” Álvarez regresó de inmediato a la vida loca. Se fue de fiesta con su amigo Diego Boneta para tratar de olvidar los golpes que el pugilista ruso le propinara. Caliente por la derrota con un boxeador de verdad, el Canelo ya está pidiendo la revancha: «No hay problema. Quise esta pelea por mucho tiempo. Estoy listo para la revancha». Por supuesto, la revancha deberá ser lo más pronto posible para que los ánimos no se bajen. Sin embargo, miembros de su equipo y amigos le han sugerido al Canelo que no busque la revancha, y es que, con la cabeza caliente y los ánimos encendidos, es posible que Saúl Álvarez se arriesgue a otra derrota. Tal vez lo que su equipo ve es que Dmitry Bivol fue muy superior al peleador mexicano y por muchas ganas que tenga el canelo en volver a intentar la victoria, saldría derrotado. El ruso ya dijo que sí pelearía contra el de Guadalajara, pero sólo si aumentaran la bolsa de dinero de la pelea. Lo que debería hacer el Canelo es seguir el método que lo ha hecho millonario, conseguirse otro bulto que por unos miles de dólares se ponga a pelear con él y que le garantice una victoria contundente; para que exponerse a otra madriza. ¡Y todavía hay quien cree que sus victorias son reales!

Armando Ortiz                                  

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