Así, sin siquiera saber si le dieron el clásico “usted disculpe”, para saber las de Caín que habrá pasado el joven, el terror al que fue sometido él y su familia, y la visión de pasar como chivo expiatorio, luego de varias horas, cuando menos, recuperó su libertad.
Lo curioso del caso y que en el linchamiento mediático a la Fiscalía pasó casi desapercibido, fue el pequeño detalle de querer escurrir el bulto de la responsabilidad. Ahora mismo esa debe ser la discusión entre las cúpulas del poder y el por qué hasta el momento no ha caído ninguna cabeza en la Fiscalía.
Y es que la Fiscalía General del Estado, a cargo de Verónica Hernández Giadáns, como no queriendo le aventó el bulto a la CONASE (Coordinación Nacional Anti Secuestro), al ser enfática en que fueron ellos los que detuvieron al joven ahora liberado.
Para empezar deberían explicar por qué fue la CONASE la que realizó la detención. Hay que recordar que la CONASE supervisa y evalúa el trabajo de las 32 Unidades Especializadas en Combate al Secuestro (UECS) del país, quienes tienen como función atender de manera integral a las víctimas de secuestro en cada estado, así como investigar y perseguir este delito en sus entidades.
Así, es necesario que expliquen si fue la CONASE federal o fue la Unidad Especial Contra el Secuestro Veracruz, a cargo de Rodolfo Astudillo Medina, la que realizó los trabajos de inteligencia que llevaron a cometer una de las mayores pifias de que se tengan recuerdo en la procuración de justicia de Veracruz.
Lo cierto es que el error cometido amerita una profunda revisión de las capacidades de la Fiscalía… ¡Y de la CONASE! ¿En qué manos está la procuración de justicia en Veracruz? Por menos de eso, en dependencias como la Contraloría General del Estado, ya hubieran corrido a varios.
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