Aunque por su formación profesional era economista, lo cierto es que quienes lo trataron y colaboraron cerca de su despacho nos recuerdan que también era un abogado conocedor del derecho y hasta un filósofo.
Bravo Garzón fue el creador de numerosas instituciones dentro de la Máxima Casa de Estudios, durante su administración se crearon facultades, escuelas, institutos y centros de investigación.
Otro hecho que destacó en su administración fue la descentralización hacia las cinco principales regiones del estado, en donde hoy en día, se cuenta con distintas facultades, escuelas e institutos.
También en la administración del doctor -él sí tenía el grado académico- Roberto Bravo Garzón se crearon los distintos sindicatos y agrupaciones de trabajadores de la Universidad Veracruzana, como la FESAPAUV, el SETSUV y la APECUV para aglutinar a los académicos, empleados de base y de confianza respectivamente.
Se tiene que recordar también que con Bravo Garzón la proyección cultural de la Universidad Veracruzana alcanzó niveles internacionales, con las giras que por todo el mundo realizó el Ballet Folklórico bajo la dirección del maestro Miguel Velez Arceo y el grupo Tlenhuicani -Los Cantores- que sigue al frente el maestro de maestros Alberto de la Rosa.
En alguna ocasión, cuando vinieron rectores de las universidades españolas, mostraron su asombro y hasta envida, de que la Universidad Veracruzana tuviera una orquesta como la Sinfónica de Xalapa, dirigida por el maestro Herrera de la Fuente “que no la tienen ni las mejores de la madre patria con 500 años de antigüedad”.
Bravo Garzón fue un impulsor y constructor de la Universidad Veracruzana en todas las áreas del conocimiento, dando lustre al escudo que dice: Liz de Veracruz, Arte, Ciencia y Luz.
Nos tocó trabajar en su administración y la de los siguientes rectores de la Universidad Veracruzana, en el área de Comunicación Social en donde éramos cinco empleados junto con mis amigos y compañeros de la facultad de Periodismo, Irena Arceo y Manuel Rosete Chávez y las secretarias Pilar Guzmán y Ciria Zapata, aunque ahora ha crecido como una hiedra con un número incontable de colaboradores.
Precisamente porque nos tocó difundir todo lo que se hizo en las distintas áreas del conocimiento en la administración de Roberto Bravo Garzón es que podemos coincidir en que hasta la fecha ha sido el período de mayores éxitos.
Desafortunadamente en los últimos años, ese impulso notable a la Universidad Veracruzana, no solo se ha estancado y hasta caído en un retroceso.
Donde antes floreció el conocimiento y el desarrollo de la ciencia, el arte y la cultura en general, ahora ha enraizado el burocratismo y el estateo cuo para que no haya cambios sustanciales, que debiera de ser una de las características de la Universidad.
Por eso, a diez años ya de su partida, recordamos con el afecto y reconocimiento a quien ha sido el mayor impulsor de la Máxima Casa de Cultura en el estado de Veracruz, Roberto Bravo Garzón.
Nada que ver con lo que tenemos en la actualidad.
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