Hubo una mini-transición en 2018 con la gubernatura de dos años (un ajuste de tiempo para homologar calendarios electorales), derrumbándose el PRI y pasando la estafeta al Partido Acción Nacional... con un expriísta en el poder: Miguel Ángel Yunes Linares, quien nada hizo por frenar la crisis porque, uno, no le daba tiempo en dos años; y dos, porque se le derrumbó el proyecto familiar de imponer a sus hijos en la gubernatura como si fuese una dinastía.
Al entrar Cuitláhuac García Jiménez al poder (con el partido Morena, para el periodo 2018-2024), reveló que de plano Yunes no le dejó dinero en caja ni siquiera para afrontar los gastos de nómina.
Más consciente de la difícil realidad, García Jiménez decidió tomar el toro por los cuernos (una de las mejores decisiones de su gobierno) e instruyó a su secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, para que se tomaran medidas que ayudaran al ahorro de recursos, además de diseñar los esquemas de recaudación más efectivos para que el Gobierno de Veracruz tuviese más dinero.
Lo anterior no fue fácil, pues de entrada hubo disminución de salarios, recorte de presupuesto a varias áreas y apegarse a esquemas de austeridad como el no usar aeronaves para el traslado del Ejecutivo por una entidad larga y compleja. A eso se suma la reestructuración de la deuda bancaria para poder hacerla más manejable.
No había de otra: había que parar la bola de nieve generada desde el Fidelismo con esa dinámica irresponsable del "Me endeudo yo y el de atrás paga".
Dichas medidas han logrado controlar las finanzas desbocadas en Veracruz y la prueba está en que las firmas calificadoras (donde consultan bancos e inversionistas para asegurar su dinero) han subido la calificación financiera de Veracruz que prácticamente estaba en cero, logrando estabilizar el barco y ahora teniendo una situación más manejable.
El mismo secretario Lima Franco ha dicho en reiteradas ocasiones que actualmente la deuda es manejable y se ha reducido en 12 mil millones de pesos, lo que ha permitido tener gobernabilidad y una administración con finanzas estables, sin que se incremente el saldo de la deuda desde 2018, cuando inició el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez.
Los números hablan claro y son fríos: para 2018 se recibe una deuda de 87 mil 207 millones de pesos, que incluyen deuda pública por 44 mil 355 millones y otros pasivos por 15 mil 239 millones (que están dentro del balance general, como los bancos), pero a los cuales se suman las cuentas de orden, que son otros créditos (por 6 mil 042 millones) y operaciones en proceso de aprobación (por 21 mil 571 millones de pesos).
Para 2021, se redujo todo en un 13%; es decir: la deuda actual es de 75 mil 176 millones de pesos, según datos oficiales de la Secretaría de Finanzas.
Muestra también de ello es que los últimos 8 trimestres, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha marcado en verde el semáforo de alertas para Veracruz, donde se evalúa si la entidad va bien, va regular (amarillo) o de plano tiene un caos sus finanzas (rojo).
El asunto es ¿qué sigue?… Ya se aplicó la austeridad al máximo, ya se tienen los ahorros, ya hay finanzas estables, ya hay una recaudación eficiente… ¿Pero de dónde vendrá más dinero para que el estado pueda hacer más inversión pública y no quedarse sólo en los pendientes obligados a pagar como nómina y deudas?
Se habla de que en un futuro no muy lejano podría haber una sorpresa positiva en el tema de inteligencia financiera que permitiría a Veracruz tener acceso a recursos inmediatos.
Lo anterior es justo y necesario, como dicen en misa, pues Lima Franco sabe que hay un gran reto en lo que son los dos últimos años de gobierno —cuando hay que apretar el paso para consolidar Morena para 2024— y además tiene que seguir la dinámica del récord de obras que el gobernador Cuitláhuac presume constantemente, o sencillamente porque el estado va requiriendo nueva infraestructura o rehabilitar la existente.
Y para todo eso se necesita dinero, dinero, dinero… Y pues no, no precisamente se da en los árboles ni tampoco cae del cielo. A ver qué pasa en los próximos días.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Que el líder estatal del PRI y diputado local, Marlon Ramírez Marín, aseveró que hasta el momento no hay una solicitud formal ante el partido por parte del diputado José Yunes Zorrilla para convertirse en el abanderado de la coalición a la gubernatura de Veracruz para el 2024… Señaló que aunque en medios de comunicación el peroteño habló de su aspiración para participar en las próximas elecciones, “en el partido la única notificación formal que la dirigencia estatal tiene de una aspiración para participar en la elección es del licenciado Héctor Yunes Landa. De manera formal, ni el comité nacional, ni estatal hemos recibido otra aspiración como la que dice tener el diputado Yunes Zorrilla”... Ambos priistas han participado en elecciones pasadas, por la gubernatura, teniendo ambos una fatal derrota; a Héctor Yunes le ganó en el año 2016 su primo el panista Miguel Ángel Yunes Linares, y Pepe Yunes quedó en tercer en 2018… Información de la periodista Samantha Ortega.
OTRA NOTA: Ahora que se dio este fin de semana la segunda edición del Costa Esmeralda Fest, uno se pregunta si la intención de la Cuarta Transformeishion será ir plantando también su bandera con eventos propios para irse a alejando poco a poco de la muy venida a menos Cumbre Tajín, que fue creación del priista Miguel Alemán Velasco y que por años fue el evento fuerte en el estado para el priato, con carteles artísticos que llegó a traer artistas de alto nivel como Santana, Bjork o Tool... Se entiende que ya hay nuevas generaciones y los nuevos artistas de moda para la chaviza ahora son puros reguetoneros "que hablan como idiotas" (así dicen los de 31 Minutos), así que el festival jaló mucha banda joven y sirvió como prueba de que en una de esas la Cumbre ya la irán sacando de circulación, convirtiéndola en un asunto más de rollo indigenista, folklórico, cultural, casi-casi fiesta patronal, para darle paso al relevo generacional... Ya sabe, es cosa de legados y gustos.
LA ÚLTIMA PORQUE VAMOS A PEDIRLE HUMILDEMENTE A GANESHA: Un importante evento se suscitó este fin de semana, el viernes para ser exacto, y fue la colocación del palo volador en lo que fue la explanada del extinto Estado Mayor Presidencial y donde el emblemático edificio del Molino del Rey ahora es es llamado Conecalli… Ahí el gobernador Cuitláhuac Gacía y la secretaria federal de Cultura, Alejandra Frausto, fueron quienes encabezaron junto a varios representantes de etnias de la región huasteca, totonaca, de otros estados como Puebla, este evento muy significativo y simbólico que además será un evento permanente en lo que fue la residencia oficial de Los Pinos. Es decir, habrá voladores de Papantla, de Cuetzalan, de otros lugares inclusive de Centroamérica, quienes estarán visitando constantemente este nuevo sitio para mostrar sus habilidades de vuelo… Lo que también es muy vistoso es que de plano parece que la idea es borrar todo indicio de lo que fue el Estado Mayor Presidencial; al final de cuentas dicen que la historia la escriben los vencedores, y lo que era el lugar emblemático e histórico donde se dio una batalla contra los invasores estadounidenses en 1847, pues ahora es un museo dedicado al maíz, mientras que la Galería Histórica instalada en 1997, con el fin de albergar distintos objetos relacionados con la labor de este desaparecido cuerpo militar (como las limusinas presidenciales, ahora a la intemperie), pues ahora está en remodelación, sirviendo de baños públicos y hasta para una exposición de la revolución cubana. Chiaaaaaale.
@pablojair
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