Para los no enterados, resulta que a inicios de año el gobierno estatal le organizó a la señora un acarreo multitudinario (hablaron de hasta más de 15 mil personas) con motivo de una “conferencia magistral” (bájenle, bájenle un poco), entonces sobre la reforma eléctrica.
Los medios dieron cuenta entonces del dispendio que se hizo de los recursos públicos en esa movilización, como en los mejores (¿o peores?) tiempos del PRI, aunque, chssst, no digan nada, porque ellos no son iguales.
A lo grande iniciaron el despegue
El gobierno de Cuitláhuac García Jiménez iniciaba, así, el despegue, en forma abierta, de su “corcholata”. El World Trade Center de Boca del Río servía de plataforma de lanzamiento y desde ahí se ponía en órbita a la muñecaza.
De ese acto con el populacho brincaron entonces a otro, el 22 de julio. Esta vez se trató de oootra “conferencia magistral” sobre “La política energética en el ámbito de lo local”. Esta vez se trató de un acarreo más selectivo, sobre todo de alcaldes (de los 212 manejaron que habían asistido 160 aunque desde adentro se dijo que en realidad habían asistido solo 100).
Cabía esperar que, por tanto, siempre fueran creciendo poco a poco. Al menos eso esperaba el respetable público, creído que siempre, en toda empresa que se inicia, se debe de ir de más a menos. De ahí que, cuando se anunció la nueva “conferencia magistral”, de agosto, todos pensaron que iba a ser el acabose, una conferencia muy uyuyuyyyy por el número de acarreados que harían.
Pero, hermano, hermana (imagínenme diciéndolo con el tono de Fidel Herrera Beltrán), defraudaron, nos defraudaron. Ya empezaron como los cangrejos, para atrás; van de más a menos. Alguien pinchó el globote que se había formado y, ¡zas!, que se desinfla: sssssst.
Y ahora tienen que llenar con chamacos de escuela
Resultó que el pomposo “4º Congreso de Energía Veracruz. Refinación, gas y petroquímica”, no interesó a nadie que no fuera los que estaban obligados a asistir: algunos cuantos funcionarios, pocos alcaldes y diputados, y aquello estaba semivacío. Le ordenaron entonces al secretario de Educación Zenyazen Escobar García que los ayudara a sacar el buey de la barranca, y este, presto, jaló entonces de un recurso priista para casos de emergencia: el acarreo de chamacos de varias escuelas.
Las fotos y los videos que circularon en las redes sociales son muy ilustrativos.
Quedó demostrado, pues, que por sí sola, la zacatecana no es del interés de los veracruzanos; que su imagen de aceptación se la crean desde el gobierno a base de acarreos masivos, por lo que es superficial; que a la señora no le interesa hacer tierra y recorrer el estado para ganarse la aceptación popular, sino que muy cómoda está atenida a los “foros” que le organizan; que no es, pues, más que un tigre de papel.
Preguntas obligadas
¿Por qué esta vez no hubo los acarreos que acostumbran para ella (también le han organizado, fast track, dos en Minatitlán para hacerle la maldad a Sergio Gutiérrez Luna, aunque no han podido)? ¿Es que la patria está pobre y no hubo ahora para pagar decenas de camiones y toda la parafernalia que se acostumbra y que se usa? ¿Es que le quisieron decir: mira, por tus enormes fallas, que han triplicado el costo de la refinería de Dos Bocas, no hay ya ni para acarreos?
¿Es que en el gobierno cuitlahuista se ha acabado o se está acabando el enamoramiento con ella? ¿Es que ya no le ven futuro? ¿Tuvieron que cumplir esta vez porque ya estaba anunciada la actividad? ¿Es que sus diputados federales ya les dijeron que es cierto que cuando ella habla con algunos de ellos en la Ciudad de México les confía que en el fondo no los quiere, no confía en ellos y que si llega a ser candidata los va a echar a patadas porque no quiere cargar con sus negativos?
¿Es que ya tan pronto se les acabó el gas a sus promotores? ¿Siquiera estuvo en el acto Ricardo Exsome Zapata, el primer destapador, el original, quien el 13 de septiembre del año pasado dijo que no veía “más que a Rosario Nahle” como candidata natural; que no veía a nadie más que se mereciera la candidatura?
Pero, creo que la pregunta de los 64 mil pesos (¿alguien recuerda ese programa de Pedro Ferriz padre?) es: ¿y dónde está el copiloto, el operador político estrella, el que aprieta (amenaza) a los alcaldes y a todo el que puede para que contribuyan y faciliten los acarreos? ¿Dónde está, donde estaba don Eric Patrocinio Cisneros Burgos? ¿Por qué no operó para no se viera que a su madrina y protectora política le hacían el vacío?
Tal vez les sirva para encender los focos rojos
De algo les debió haber servido lo que pasó, lo que se vio: para darse cuenta de la realidad real: que la señora no tiene aceptación; que son ellos quienes la quieren imponer; que tendrán que gastar todo el dinero del que dispongan (de todos los veracruzanos), y hasta del que no, para tratar de sacarla adelante, sin la garantía de que va a ganar; que los morenos afines a ellos (porque hay quienes son del mismo partido, pero tampoco la aceptan) la van a aceptar si se las imponen, pero que los veracruzanos en general quién sabe.
Ayer obtuve una versión de que doña Rocío se fue molesta con los cuitlahuistas por lo que le hicieron; que no pasaba que hubiera habido dos testigos de calidad que le podían platicar al presidente lo que vieron: Manuel Bartlett y Raquel Buenrostro, uno titular de la CFE y viejo amigo personal de AMLO, la otra titular del SAT, parte de Hacienda donde están molestos con ella por el sobrecosto de la refinería de Dos Bocas.
Otra, que en la oposición están muy optimistas después de ver las imágenes que vieron y de confirmar, por los pocos medios que dieron cuenta de lo que pasó, que la imagen de fuerza que tratan de dar no corresponde a la realidad, y que ruegan porque el presidente y el gobernador se encaprichen en imponer a la señora y lo logren. Algunos recuerdan que Miguel Ángel Yunes Linares trató de imponer a su hijo a toda costa e hizo muchas cosas parecidas a las que hacen los actuales, y que el pueblo, los veracruzanos de todos modos los derrotaron. Ahora sí, para usar una frase que gusta mucho a los estrategas militares, el vacío a doña Rocío les levantó la moral. |