En el municipio de San Andrés Tuxtla, su alcaldesa María Elena Solana Calzada, no debe olvidar los ofrecimientos de campaña, sobre todo aquella frase, en la que decía que no habría transigencia a la corrupción de la anterior Administración Municipal, porque una cosa en política es la Cacería de Brujas y la otra es condenar con apego al derecho y justicia, los excesos de poder en el pasado Ayuntamiento Constitucional.
Si la Dra. Solana Calzada y el equipo de trabajo que lo acompaña en su Gobierno Municipal, quieren pasar a la historia de esta legendaria población, deberán denunciar con madurez, todos los desaciertos políticos que está enfrentando el ex Munícipe Octavio Pérez Garay, con la estructura gubernamental de la Cuarta Transformación de Veracruz, sobre todo con el Órgano de Fiscalización Superior, quien está requiriendo al Ex Edil Sanandrescano, por un presunto daño patrimonial a las finanzas de la pasada Administración Municipal, por un monto de 33 millones de pesos.
Este escándalo financiero, seguramente moverá a las clases políticas de los Tuxtlas, por lo que no habrá otro camino, para el equipo político de la Dra. Remedios, más que señalar los desvíos de poder de varios cercanos colaboradores del ex Presidente Municipal Octavio Pérez Garay, quien hasta el momento sus asesores contables, no han podido solventar, los 33 millones de pesos, que les esta demandado el Orfis.
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Ante la grave situación política que se está viviendo en el Cabildo de San Andrés Tuxtla, el Presidente de la Comisión de Vigilancia del Congreso Estatal, el Diputado Rafael Fararoni Magaña, aclaro que son tres proyectos mal ejecutados durante la anterior Administración Municipal, obras materiales que se ejecutaron con varias deficiencias de calidad, las cuales estarán siendo supervisadas, por los órganos legislativos y la autoridades de fiscalización, se tratan de obras materiales, como la pavimentación del Salto de Eyipantla, camino a los Órganos y la construcción el Tartán de la Unidad Deportiva.
En fin, veremos en que termina está historia.
Y nos vemos en la otra. |