Ante la falta de operatividad que se tenía en la SEGOB con la presencia de la Ex Ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero. Al Presidente Andrés Manuel López Obrador le urgía contar con un personaje que lejos de darle problemas, le pudiera resolver todos y cada uno de los temas de política interior que se generan diariamente en el País. Esa figura política y de extrema confianza se llama Adán Augusto López Hernández.
Adán, venia de ser gobernador del Estado de Tabasco en donde solo estuvo un par de años y fue llamado al gabinete Lopezobradorista. Las charlas sostenidas casi a diario entre él y Andrés Manuel ya lo tenían en completo contexto de la situación que atravesaba México. Ya para su arribo a la segunda oficina más importante del País el hoy Secretario de Gobernación sabia con claridad lo que se tendría que hacer, con quienes y como.
Los retos a los que se ha enfrentado López Hernández no han sido menores. Van desde el tema de resolver y gestionar recursos para construir una presa que abastezca de suficiente agua a todo el Estado de Nuevo León, pasando por brindarles atención a padres de personas desaparecidas que para meter presión hicieron su plantón en las inmediaciones de BUCARELLI, siendo atendidos de manera personal por el titular de la SEGOB. Y la última sacar adelante la votación en el Senado de la Republica dialogando con Senadores y Senadoras aliados y de oposición, entre otras muchas tareas más encomendadas.
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