El clima político también tiene sus estaciones, aunque solo perciben sus llegadas quienes ya las han vivido y saben incluso sus consecuencias.
Bien se puede decir ahora que el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez está a días de entrar en su otoño y en la víspera de su invierno.
Solo 27 días le quedan para que cumpla cuatro años y entre en su quinto y penúltimo año de ejercicio, en la víspera del último y final.
En los hechos, por las prácticas, los usos y costumbres de la política en México, el quinto se considera el último año lo mismo del gobierno federal que de los gobiernos de los estados.
Ello, debido a que es el último en el que el gobernador en turno tiene y goza de todo el poder, porque en el sexto ya hay candidato a sucederlo y lo dejan que se involucre más en decisiones y soluciones para que se fortalezca.
Pero, además, porque una vez que hay candidato, jala todos los reflectores, la atención, y el gobernador saliente ya a nadie le interesa y todos le dan la espalda. Empieza a morir de muerte política natural.
AMLO alertó con tiempo sobre los tiempos políticos
Esto lo sabe muy bien un viejo priista de origen, Andrés Manuel López Obrador, y por eso alertó con mucha anticipación sobre los tiempos políticos.
El 8 de octubre de 2021, hace casi justo un año, en una gira por La Laguna urgió a terminar en 2023 todas las obras del gobierno federal porque para entonces, dijo, el país estará “bastante caliente políticamente hablando”, ya con los candidatos listos para la sucesión.
En su caso, expresó entonces: “ya no tengo más tiempo, en diciembre del 23… además ya van a estar los candidatos para el 24, ya no podemos pensar en el 24, tenemos que terminar en el 23”.
Con poder pleno, pues, a Cuitláhuac Jiménez García le quedan solo doce meses y 27 días, tiempo que sus antecesores han dedicado a preparar y a prepararse para el cierre y la salida, así como para concluir lo pendiente.
Fidel Herrera Beltrán, por ejemplo, desde el arranque de su administración anunció que tendría tres gabinetes: el de inicio, un intermedio y el de salida, con los hombres y mujeres adecuados para cada etapa de su gobierno, y así lo hizo.
Muchos años antes, don Rafael Hernández Ochoa cerró el quinto año de su gobierno como si fuera el último. Recuerdo que el quinto informe lo rindió en el Estadio Xalapeño con una ceremonia apoteósica.
Los organizadores, coordinados por el entonces joven dirigente estatal del PRI, Gonzalo Morgado Huesca (el responsable de los lonches era el entonces joven Miguel Ángel Yunes Linares), concentraron en la capital 30 mil veracruzanos traídos de todo el estado, que desquiciaron la vida de Xalapa.
Para ello contrataron todos los camiones que había disponibles en Veracruz y como no alcanzaron trajeron de Puebla y del Estado de México (una anécdota de entonces es que al responsable del transporte, licenciado Gerardo Fernández Carreto, muy famoso, conocido y querido en su tiempo, que en paz descanse, mi vecino además, como le exigían camiones y más camiones y ya no había de dónde sacar más, estalló y para sorpresa de todos se tiró al piso, se acostó y se abrió de piernas: ¡qué!, ¿quieren que me ponga a parir camiones?, les gritó).
Cada quien vivió a su manera el quinto año, pero todos conscientes que en la práctica era el último, y todos, en forma rigurosa, no solo se sumaron a quien venía a sucederlos, sino que al mismo tiempo su sumieron para dejarle toda la cancha.
A los actuales todavía no les cae el veinte
Por inexperiencia, ¡ay!, a los actuales, y a todos los que llegaron con ellos, no les cae todavía el veinte de que el gobierno tiene caducidad, de que el poder no es para siempre, lo que se advierte cuando se sabe que jefes de área están pidiendo programas de trabajo ¡para los próximos ocho años!
Pero tampoco se dan cuenta que ya está a la vuelta de la esquina la llegada del inicio de la pérdida de poder y que ya casi es tiempo de empezar a recoger los trebejos y a poner en orden la casa para que hagan una entrega implacable.
Si bien el cuarto año concluye el día 30 de este mes, de hecho, el día 15, cuando Cuitláhuac García Jiménez rinda su cuarto informe, empezará a correr ya el quinto año, el penúltimo-casi el último, aunque a diferencia de los xalapeños que con tiempo empiezan a percibir la llegada del Día de Todos Santos, los cuitlahuistas viven en el limbo y no ven venir el garrotazo del padre Tiempo.
Cabe decir que hay excepciones. Algunos, algunas, que sí se dan cuenta y están conscientes de que el poder tiene fecha de caducidad, con buena anticipación se están preparando para su salida tejiendo relaciones amistosas o de entendimiento con diversos actores de la vida pública, aunque no comulguen necesariamente con su partido.
No promocionan el cuarto informe
Resulta raro, extraño, que no estén promoviendo el cuarto informe de gobierno, cuando solo faltan 12 días para que Cuitláhuac García comparezca (es un decir) ante los veracruzanos a fin de rendirles cuentas (es otro decir) del estado que guarda Veracruz. ¿Es por alguna estrategia?
El Arzobispo dialoga con Héctor
En su cuenta de Twitter, Héctor Yunes Landa publicó anoche: “Agradezco a Mons. Jorge Carlos Patrón Wong, Arzobispo de Xalapa, la enriquecedora plática que me obsequió el día de hoy. Es una extraordinaria deferencia del Papa Francisco habernos enviado a nuestra entidad a un hombre piadoso, culto y tan cercano en su confianza y afecto”.
En un político, cómo cuenta el tejido de relaciones, más cuando se trata de verdaderos personajes, líderes además de grandes comunidades como en este caso de la grey católica de Xalapa y de Veracruz en general. Seguramente fue una plática de mucho provecho para los veracruzanos, de quienes los actores han sido o son sus representantes.
Naolinco, todo un éxito su festividad
Del éxito que tuvo este año la festividad por el Día de Todos Santos en Naolinco habla el hecho de que acudió tanta gente de Xalapa que ayer por la tarde-noche el regreso se hacía en tres horas, a vuelta de rueda, por el gran número de vehículos que circulaba, cuando normalmente el viaje se hace en 40 minutos.
Sin la promoción del gobierno, los naolinqueños pueden sentirse satisfechos por el éxito que tuvieron y, sobre todo, por la gran derrama económica que recibieron. No obstante que se demostró el gran atractivo turístico que tiene Naolinco, ni así les arreglan su carretera. |