Los primeros cuarenta años (es un cálculo) del PRI en el poder de México como partido único, los políticos de la llamada Nomenklatura eran profesionales de esa actividad. Fueron los tiempos de creación de las instituciones que hoy tenemos con un sistema de salud adecuado, eficiente; con programas de apoyo al campo que permitieron convertirnos en país exportador de infinidad de productos agropecuarios; se construyeron todas las escuelas necesarias para atender la demanda, los maestros eran retribuidos en forma decorosa por eso de sus ahorros podían adquirir casa y coche propios; las universidades vivieron tiempos de gloria porque a los gobiernos les interesaba apoyar la investigación científica, el deporte y la cultura en general; teníamos seguridad garantizada.... Es cierto a la gente ni le interesaban las elecciones porque “el PRI siempre gana”, es decir, el desaire que le hacían a la participación en los procesos electorales era en función de que contábamos con un nivel de vida muy decoroso, quien quería progresar se aplicaba en el estudio o en el trabajo y lo conseguía con legítimo espíritu de aspiracionista, no de mediocre conformista.
Comenzaron a arribar a la dirigencia nacional priista políticos con ideas distintas a las que dieron origen a esa institución política, los llamados neoliberales que trajeron de los países donde se fueron a preparar con maestrías y doctorados, ideas distintas a las de centro izquierda por donde navegaba el PRI e hicieron de este partido un instrumento para beneficiarse y beneficiar a los suyos, comenzaron a saquear al país y dejaron de lado la atención de las necesidades primarias de los mexicanos, cerraron las puertas a las nuevas generaciones de políticos y a los políticos forjados en nuestro país esos que tenían como objetivo central el servicio público y el progreso de la nación.
Esas fueron razones suficientes para que decidiéramos con nuestro voto y contando con un árbitro electoral imparcial como el Instituto Federal Electoral, echar a los corruptos y malandros del poder abriendo paso a otro partido político, el PAN, con un Vicente Fox Quesada, quien realizó una intensa campaña al interior de su partido para lograr la candidatura y luego otra entre todos los mexicanos convenciéndonos de que lo mejor para México era cambiar de rumbo y la opción para hacerlo era él. La corriente social que se formó en aquella elección fue muy semejante a la que llevó en el 2018 a AMLO al poder. Los panistas hicieron lo que pudieron para enderezar el rumbo de la nación pero la ignorancia de Vicente Fox y la ingerencia en el centro de las decisiones presidenciales de personajes como Martha Sahagún de Fox, impidieron que el país avanzara.
Sin embargo el PAN logró mantenerse en el poder a través de Felipe Calderón, un panista conservador cuyos esfuerzos por sacar adelante a México no fueron suficientes para consolidar un proyecto político de larga vida, cometió el error de sacar al ejército a las calles para combatir a la delincuencia organizada y vean las consecuencias que hemos tenido que pagar con ese fracaso de estrategia de combate al crimen, las fuerzas armadas tienen tanta fuerza o más en la actualidad que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y tan mal operó las políticas sociales del país Felipe Calderón que tuvo que entregar el poder al priista Enrique Peña Nieto, un personaje políticamente construido por las televisoras comerciales y algunos influyentes medios impresos. La incapacidad de Peña se reflejó en el aumento de la corrupción dentro de la administración pública, de los abusos de poder de parte de las autoridades judiciales y de la espiral de desorden en que entró su administración en todos los renglones de la función pública, el resultado nuevamente fue el descontento generalizado capitalizado por una corriente que se venía fraguando desde dos sexenios atrás en torno a la figura de un “luchador social” como López Obrador quien prometía, a cambio de nuestro voto en su favor, combatir la corrupción y encabezar un gobierno de transformación nacional. Tras bambalinas AMLO pactó con Peña Nieto impunidad; con las cabezas de los cárteles de la delincuencia organizada también y con los líderes de las fuerzas armadas Ejército y Marina, innumerables beneficios económicos y de poder para compartir con ellos los frutos de esa complicidad.
A estas alturas de la administración de la 4T o del gobierno de un solo hombre, quienes votamos en el 18 de forma razonada, convencidos del valor de nuestra participación en un proceso electoral presidencial, hemos dado una muestra en la marcha del pasado domingo 13, del estado de ánimo ciudadano. Si el presidente López Obrador hubiera reaccionado de otra manera a esa manifestación de odio y descontento, además de desaprobación de la eliminación del INE, posiblemente hubiera desinflado las ganas de sumar y sumar animadversión hacia el movimiento que encabeza el político tabasqueño, pero como se ha burlado, ha ofendido a los participantes, y ahora afirma que va a demostrar que la de él es más grande, tendrá que asumir las consecuencias de obligar a la burocracia a viajar a la ciudad de México a marchar para engrandecerlo, para darle fortaleza, lo que es totalmente falso, el efecto a una acción de estas es semejante al de un bumerang, se regresa y golpea manera contundente, si no que le pregunte a su enemigo de El Estero lo que le pasó con su hijo cuando desde la gubernatura lo quiso imponer usando recursos del estado y a la burocracia.
¿Y los metros chapeados?
Se trata ni más ni menos que del encargado de la política interna del estado, del Secretario General de Gobierno, no del engreído vicegobernador. Eric Patrocinio Cisneros Burgos fue el primero en comparecer ante el Congreso Local, el pasado sábado, con motivo del cuarto informe de gobierno quien con una cartulina en la que se reportaban los índices de violencia de otras administraciones, trató de minimizar las estadísticas de feminicidios y desaparición de mujeres y niñas en Veracruz.
La diputada local, Anilú Ingram Vallines, resaltó que datos del Observatorio Universitario de Violencias contra las mujeres, reportan 246 feminicidios y mil 463 mujeres desaparecidas en todo Veracruz.
Destacó que el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPNO) de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB) contabiliza 2 mil 514 mujeres y niñas desaparecidas, lo que llevó al Observatorio Nacional Ciudadano del Feminicidio a solicitar una tercera alerta de Violencia de Género contra las mujeres. Y ante tan trágico escenario, la legisladora cuestionó cuáles son las acciones que se están realizado desde las mesas para la construcción de la paz, para erradicar o por lo menos reducir el número de feminicidios y de desapariciones de mujeres, y cuáles son las medidas de prevención.
También pidió conocer cuándo fue la última actualización del programa para prevenir, atender y sancionar la violencia contra las mujeres y las niñas y los avances de la Declaratoria de Programa Emergente por Crisis de Violaciones Graves de Derechos Humanos en Materia de Desaparición de Personas en Veracruz, que emitió el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez al inicio de su gobierno, en 2018.
Fue entonces que el funcionario sacó una cartulina en la que se observaban los índices de violencia generados en los gobiernos del PRI y el PAN, que antecedieron a Morena.
Aseguró que la violencia se genera en buena parte por la descomposición de la familia y esa no es culpa del Estado, y agregó que ya se están realizando acciones para reducir la violencia de género, sin mencionar cuando menos una como ejemplo.
“Primero, hay que reconocer –dijo el Secretario- que ahí hay un problema e ir detectando, no es lo mismo para todo el estado, la desintegración es distinta, porque es multiétnico, y es lo primero que se reconoce. Hay problemas que surgen desde el seno de la familia y hoy se busca en la integración familiar y se ha buscado que en los lugares donde más violencia” dijo y mencionó que ahí se brindan cursos de capacitación de panadería, electricidad, corte y confección con la idea de reunir a las familias y promover la integración. Retomó el discurso de que en Veracruz se sanciona a todos los que incurren en violencia contra las mujeres y niñas en el Estado, con sanciones severas desde la Fiscalía General del Estado y del Poder Judicial.
Antes el panista Jaime de la Garza cuestionó sobre el fenómeno de la desaparición de personas y reprochó el doble discurso del partido en el que milita Cisneros, pues, dijo, cuando ellos eran gobierno retrasaron la creación de la Comisión de Búsqueda.
En una tercera participación, dijo que a la fecha se han atendido mil 529 mujeres en el Centro de Justicia para las Mujeres, y de ese universo 936 presentaron denuncias y se les brindó apoyo con asesoría legal para dar seguimiento a los procesos judiciales.
REFLEXIÓN
Nos llega la versión de que se ha obligado a los funcionarios estatales de la 4T, que en adelante cuando se refieran a la señora Rocío Nahle, antepongan “La paisana”. ¿Eso quiere decir que a los veracruzanos nos convirtieron, por decreto, en zacatecanos? Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com |