Fue un error que amigos conocedores a detalle del andamiaje del poder atendieron de inmediato y me ofrecieron la información correcta: AMLO ejercerá su cargo durante cinco años y diez meses, por lo cual el relevo presidencial ocurrirá el primero de octubre del 2024; como consecuencia de una reforma legal aprobada exprofeso en el año 2014.
Le quedan menos de dos años de gestión al presidente, detallaron -con razón- mis amigos…
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En abril de 1987 fue creado el Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC).
Su directora fundacional fue la doctora Ida Rodríguez Prampolini, destacada intelectual experta en Arte, de perfil ideológico de izquierda y nativa del puerto jarocho; amén de un extraordinario ser humano.
En el equipo de construcción del IVEC, junto a la doctora Rodríguez Prampolini arribó la doctora Luz María Martínez Montiel, egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), doctorada en Etnología por la Universidad René Descartes en la Sorbona de París y doctorara en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México.
El IVEC se formó durante el gobierno de Fernando Gutiérrez Barrios en Veracruz y se dijo desde entonces que el más importante personaje de la información política y su respectiva operatividad en los laberintos del poder del Estado mexicano, buscó con aquella acción colocar un matiz de intelectualidad a su fulgurante uniforme policiaco y de espía.
El IVEC marcó una época de esplendor en el impulso a la promoción, difusión y animación cultural en Veracruz a fines de la década de los ochenta y buena parte de los noventa…
Uno de sus impulsos más importantes fue el estudio y difusión de la obra de Gonzalo Aguirre Beltrán, el médico nativo de Tlacotalpan que marcó un hito en la antropología mexicana.
Los estudios sobre el universo indígena y la raíz africana de México tienen en Aguirre Beltrán a su más destacado representante.
Añadamos el peso específico del galeno, historiador y antropólogo en el destino institucional respecto a estos temas desde el Instituto Nacional Indigenista, del cual fue director; la Universidad Veracruzana que lo tuvo como Rector y la Secretaría de Educación Pública donde ocupó el cargo de subsecretario…
Estudios, investigaciones, ensayos, libros, perspectivas metodológicas sobre la temática del mundo indígena y la llamada tercera raíz de nuestro mestizaje, tienen en Gonzalo Aguirre Beltrán al generoso intelectual que marcó y marca generaciones de académicos, estudiantes, promotores y gestores culturales, artistas, pero sobre todo a cientos de miles de connacionales que gracias a su trabajo han ido cobrando carta de existencia frente a una sociedad y un gobierno que los han marginado y discriminado durante siglos…
Como decía, en el IVEC de Ida Rodríguez Prampolini y Luz María Martínez Montiel -el maestro Miguel Galindo Valencia fue otra pieza clave desde la Dirección de Educación- surgieron eventos que han trascendido y sobreviven frente a los recovecos del poder siempre cambiantes y de naturaleza resbalosa.
Me refiero al Festival Afrocaribeño que han cumplido su XXVI Aniversario este 2022, así como la entrega de la medalla “Gonzalo Aguirre Beltrán” a destacados artistas e intelectuales que nutren con generosa labor la continuidad en la gigantesca tarea humanista del tlacotalpeño.
En el contexto del nacimiento del Festival Afrocaribeño en el IVEC de los años ochenta se realizaron las Jornadas de Homenaje a Gonzalo Aguirre Beltrán.
Fue una tarea de exposición de estudios y reflexión colectiva sobre su obra, realizada cuatro décadas atrás en el puerto de Veracruz, donde se ubica el convento betlemita sede del IVEC.
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Estos recuerdos han llegado a la memoria desde octubre pasado, cuando pude acudir a la ceremonia de inicio del Festival Afrocaribeño en su emisión 2022, con la entrega de la medalla “Gonzalo Aguirre Beltrán” al doctor en historia Alfredo Delgado Calderón, quien apenas unas semanas atrás ha publicado una más de sus numerosas obras, ahora sobre Yanga, el héroe libertario de origen africano y vecino de la zona centro de lo que hoy el estado de Veracruz.
En nombre de este personaje contamos con el municipio de Yanga, muy cerca de Cuitláhuac, muy cerca -a unos kilómetros de la ciudad de Córdoba.
Delgado Calderón es un destacado intelectual vecino del sur veracruzano -actualmente es director del Museo de Antropología de Xalapa- que enriquece con rigor el trabajo de Gonzalo Aguirre Beltrán, a través de las aportaciones propias.
Hubo un inicio serio de difusión del trabajo de quien puso en la mesa del pensamiento mexicano la temática de nuestra tercera raíz y hay una continuidad seria a partir del reconocimiento a gente -como el historiador, arqueólogo y antropólogo Alfredo Delgado Calderón- que profundizan en nuevos hallazgos y perspectivas de estudio al respecto.
Bien.
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El pasado sábado 19 de noviembre, una vez más el nombre de Gonzalo Aguirre Beltrán llegó a la mente.
Ocurrió en el Congreso de Veracruz hasta donde acudió el secretario de Gobierno, Erick Patrocinio Cisneros Burgos, a cumplir con su comparecencia frente al pleno de la LXVI Legislatura.
Don Erick suele presumir su origen afrodescendiente y su raíz en el municipio de Otatitlán, en la cuenca del Papaloapan, Veracruz.
Da gusto saber de su orgullo porque además el color lo delata.
Quienes tenemos raíces entre los afrodescendientes de Temapache, Álamo, Tuxpan y parentesco con los nacidos en Tamiahua, allá en la huasteca…
Así como amigos, colegas con raíces en Achotal, municipio de San Juan Evangelista o Juan Díaz Covarrubias, en Hueyapan de Ocampo; o en Acayucan, Cosamaloapan, Chacaltianguis, Amatitlán, Minatitlán, el istmo de Tehuantepec, Ciudad Lerdo, etcétera, etcétera, etcétera, no sólo compartimos el orgullo del secretario de Gobierno; además, lo celebramos...
Lo de su comparecencia en el Congreso, sin embargo, me remontó al agua de jamaica que Luis Echeverría Álvarez ordenaba repartir durante el apogeo de su poder y populismo allá en la década de los setenta…
Al pañuelo rojo al cuello de Fernando Gutiérrez Barrios…
A las mujeres vestidas de jarochas para recibir a Miguel Alemán Valdés en los eventos políticos del sur veracruzano…
A la huelga de hambre de Carlos Salinas de Gortari en 1995 entre los pobres de Monterrey a quienes, según su discurso, había atendido plenamente vía su programa estelar Solidaridad...
A Fidel Herrera Beltrán con los pies sin zapatos, el pantalón arremangado y dando instrucciones mientras la inundación lo hacía “sufrir” como a cualquier afectado en el pueblo al que gobernaba y llenaba diariamente de una verborrea inagotable…
A Yunes Linares en Catedral de Xalapa, frente al espacio natural del político choleño: el infierno del Palacio…
A Dante Delgado sonriente porque un quedabien alimentó su ego y al soltar la frase: “El infierno de Dante…”
Demagogia pura, espectáculo político, acarreo, manipulación discursiva, apropiación del espacio simbólico del poder al cual busca retornar en calidad de jefe del Ejecutivo…
Eso fue la comparecencia de Erick Patrocinio Cisneros Burgos…
Datos, láminas, retos verbales con diputadas no sometidas al mando en turno…
Porras, gorras guindas con nombres de quienes pasaban lista: Chontla, Chiconquiaco, Pánuco, Citlaltépetl, alcaldes y alcaldesas del sur, del centro, del norte de un Veracruz donde abundan otros datos en materia económica, de desempleo, de inseguridad, pero en el informe y las comparecencias el control del discurso hace acto de presencia lo mismo que indígenas vestidos de totonacos, de danzantes y afrodescendientes…
Pelo crespo, morenos y negros colocados cerca del secretario, asumido por sí mismo como su digno representante y su seguro precandidato a la gubernatura…
El gestor del catamarán mirando de reojo o de plano agradeciendo con abrazo al pecho propio la presencia de los hijos de África a unos metros de los güeros del PAN y los mestizos del PRI…
Erick como reencarnación de la libertad en sus proezas políticas…
“Yanga” de Otatitlán apadrinado por Rocío Nahle la que marchó desde Zacatecas…
La política como espectáculo…
El poder como ejercicio de descomposición del sentido común…
Erick, Erick, Erick, gracias por todo Erick…
Vaya, ni Fidel llegó a tanto…
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Mentiría si dijese que el llanto asomó a las pupilas del reportero…
La sorpresa tampoco. Todo fue un ejercicio de memoria…
Nada ha cambiado. O todo cambia, para seguir igual… |