La verdadera fuerza de las marchas, se verá en las próximas elecciones
Durante todo el fin de semana se estuvo discutiendo en las benditas redes sociales sobre si los participantes en la marcha convocada por el presidente Andrés Manuel López eran o no acarreados, por ello es interesante analizar cuál es la descripción que la Real Academia de la Lengua Española asigna a ese término.
Esto es lo que dice la Real Academia de la Lengua: “1. adjetivo. Méx. Dicho de una persona: Que es llevada en autobús a un lugar para que participe en una manifestación o para que vote.”
Luego entonces, el millón y doscientas mil almas que se reunieron en el Zócalo, llegaron de todos los puntos del país, en autobús, aunque también los más fufurufos lo hicieron en avión.
La cuestión es que si los que asistieron a la marcha, fueron por su propio deseo o fueron obligados de alguna manera.
Como tenía que ser, el presidente López estuvo rodeado por sus corcholatas, la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, quien apareció junto al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Sheinbaum iba al frente, mientras que Adán Augusto caminaba a la retaguardia, los dos procurando salir en la foto junto al primer mandatario.
En algunas de las fotos tomadas desde arriba, se puede apreciar como alrededor del primer mandatario, van hombres y mujeres, que se identifican por llevar una gorra azul, que se supone son militares que protegen de cualquier incidente al presidente.
En los memes que estuvieron circulando se asegura que la mayoría de los asistentes son empleados del gobierno federal, estatal o municipal.
Circularon también videos en los que se podía apreciar en camiones del ejército, a militares vestidos de civil que estuvieron en la marcha.
Toda la estructura del Movimiento de Regeneración Nacional MORENA desde el mismísimo presidente de la república, secretarios, gobernadores, diputados, senadores, presidentes municipales y los funcionarios públicos estuvieron presentes.
Pero el hecho de que los empleados gubernamentales haya asistido a la marcha, no significa que necesariamente estén apoyando al movimiento, sino que simplemente es para mantener su puesto en la estructura de la administración pública.
La marcha dominical que fue presentada con motivo de los cuatro años de la actual administración, en realidad fue para tratar de demostrar que la mayoría de la población apoya a López Obrador, luego de la otra marcha, de la semana anterior.
La mayoría de las críticas fue en el sentido de que se estaban derrochando los recursos públicos, ya que gobernadores, presidentes municipales y diputados estuvieron “invitando” a la población para que fueran a la ciudad de México.
Aunque para lograrlo, se estuvieran utilizando los mismos sistemas del pasado, de a través de las estructuras en el poder, se patrocinara y entregaran “estímulos” a los asistentes.
La verdadera fuerza de la marcha obradorista se habrá de ver en las próximas elecciones, en donde los que ahora fueron a participar en la marcha, habrán de acudir a las urnas para depositar su voto -libre y secreto- por los candidatos participantes en las próximas votaciones.
Más allá de las marchas y encuestas de opinión, el voto ciudadano será el que decida el futuro de la estructura política de Morena en el poder.
Entonces la marcha de este domingo solamente es un ejercicio de lo que se podría presentar en un futuro próximo en las elecciones, en donde como ya ha ocurrido desde siempre, se recurrirá al acarreo de los votantes.
Por lo pronto el presidente López Obrador se congratuló por la asistencia de más de 1.2 millones de personas a la manifestación de ayer. Resaltó que la bondad del pueblo, el carácter festivo, la participación de miles de jóvenes y que fue pacífica, fueron los signos distintivos de la marcha.
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