Para colmo, la noticia del gobernador se prestó a confusiones porque hubo quienes dijeron que en los últimos 39 días del 2022 (hasta el 28 de diciembre) hubo saldo blanco lo que tampoco es verdad.
De acuerdo con reportes periodísticos, entre el 20 de noviembre (primer día de los supuestos 39 sin homicidios según los confundidos) y el 30 del mismo mes, se registraron 23 asesinatos dolosos, 3 feminicidios, se encontraron 3 desmembrados, hubo 6 desaparecidos y 2 levantados.
Y del 1 al 28 de diciembre hubo 38 asesinatos, 6 feminicidios, 6 embolsados y 17 personas desaparecidas.
En 39 días se cometieron en Veracruz 61 asesinatos dolosos, 9 feminicidios y se encontraron 9 embolsados lo que da un total de 79 asesinados violentamente y 25 desaparecidos.
Pero ahí no paró la danza macabra.
El 29 de diciembre, día en que Cuitláhuac dio a conocer su escueto anuncio, se registró un feminicidio, hubo dos asesinatos y se reportó a un menor desaparecido. El día 30 se registraron dos asesinatos.
La muerte despidió al 2022 el 31 de diciembre con cuatro ejecutados en Córdoba, un descuartizado en Espinal, cuatro asesinados en distintos municipios y dos embolsados en el tramo Las Trancas-Coatepec.
Es decir, en los últimos 42 días del año que se acaba de ir se registraron 95 asesinatos violentos y 26 desaparecidos. Y entre las víctimas mortales estuvieron un ex alcalde, un ex regidor, un síndico, un tesorero y un alcalde en funciones; Isauro Ambrosio Tocohua, alcalde de Rafael Delgado asesinado el 31 de diciembre.
Y para que se vea que en la entidad sigue mandando la violencia, el 1 de enero los delincuentes recibieron el 2023 con una masacre en Poza Rica donde hubo 12 muertos (la Fiscalía dice que fueron 8) en tres bares de aquella ciudad.
Veracruz no cambia lector, simplemente empeora.
Lo bueno es que el año anterior tuvimos 39 días sin muertes violentas, algo “inédito” según dijo el señor gobernador y algo que de seguro lo llena de orgullo.
Sea por Dios.
…Y Yasmín se quedó con las ganas
De nada valieron sus alegatos, justificaciones y el volverse al victimizar. Al final se quedó con las ganas de ser la primera mujer presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En la primera ronda obtuvo dos votos, en la segunda solo uno, el de ella, y con eso ya no participó en la tercera ronda donde la ganadora y nueva presidenta del máximo tribunal de nuestro país resultó la ministra Norma Lucía Piña.
¿Qué sucederá con la pasante de derecho Yasmín Esquivel Mossa? ¿Seguirá usurpando un puesto como ministra de la SCJN o la mandarán a que se titule como Dios manda y regrese?
Veremos.
Por lo pronto, el triunfo de doña Norma es un tanque de oxígeno tanto para el INE como para nuestra democracia. Al primero lo hemos visto casi desahuciado y a la segunda, muy desmejorada.
bernardogup@hotmail.com
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