De ser así, “el calor nos está matando” dirían por ahí y todos nos cuestionamos ¿y el agua apá? A lo que nos preguntamos, cuantos en casa acostumbramos enterarnos o informarnos sobre cuáles son las acciones gubernamentales que garanticen el abastecimiento y suministro de agua.
La responsabilidad nacional del tema del manejo, distribución y cuidado del agua recae en la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
A pesar de que en nuestro país la Legislación Federal vigente contempla un Plan Nacional Hídrico (PNH) el cual es muy poco conocido y muchos menos divulgado por la propia autoridad.
Según señala la página oficial del Gobierno Federal los objetivos prioritarios del PNH 2020-2024 son:
1.- Garantizar progresivamente los derechos humanos al agua y al saneamiento, especialmente en la población más vulnerable.
2.- Aprovechar eficientemente el agua para contribuir al desarrollo sostenible de los sectores productivos.
3.- Reducir la vulnerabilidad de la población ante inundaciones y sequías, con énfasis en pueblos indígenas y afromexicanos.
4.- Preservar la integralidad del ciclo del agua a fin de garantizar los servicios hidrológicos que brindan cuencas y acuíferos.
5.- Mejorar las condiciones para la gobernanza del agua a fin de fortalecer la toma de decisiones y combatir la corrupción.
La realidad es que son nulos los esfuerzos de la autoridad estatal y los ayuntamientos por procurarse una política que garantice el abasto permanente de agua, sobre todo, cuando en Veracruz se tiene garantizado el 33% de los escurrimientos de agua del país.
Hoy por hoy, municipios como Xalapa y su conurbación sufren de la falta en el abastecimiento de agua, la implementación de medidas restrictivas para garantizar el abasto generalizado resulta ilógica en una entidad tan abundante de recurso hídrico.
Lamentablemente la pésima planeación y un peor programa de mantenimiento de la infraestructura hidráulica hacen que el problema del agua se convierta ya en un dolor de cabeza para miles de familias de las diversas colonias de la ciudad.
Sumémosle a ello, la condición orográfica de Xalapa que complica más aún el abastecimiento oportuno del vital líquido.
Es urgente que las autoridades estatales y municipales se comiencen a plantear la necesidad de crear un panel interinstitucional que analice, estudie, proponga y garantice una política hídrica para las futuras generaciones.
No es posible que se continúe permitiendo que el agua se vaya en fugas, escurrimientos y no sea ni siquiera aprovechada para cuestiones elementales como el abasto y suministro de riego para los productores agropecuarios, los cuales la sufren y la padecen en temporada de seca.
Mientras tanto nos seguimos cuestionando ¿Y el agua apá?
Al tiempo.
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