En 2020 volvió al tema, aunque redujo los modelos a los de Dinamarca y Noruega, donde cuentan con un sistema de salud público gratuito, “desde que los ciudadanos nacen y hasta que se mueren”.
Expresó entonces que la salud como la educación no son privilegios sino derechos y ofreció de nuevo atención médica y medicamentos gratuitos. Justificó su ofrecimiento narrando una experiencia personal, un infarto que sufrió.
“Si yo estoy enfermo, ¿cómo no me van a curar? ¿No me van a atender solo porque no tengo para pagar, me voy a morir? Es muy injusto eso. Me dio un infarto, tuve la suerte de que estaba a 10 minutos de un hospital y me salvaron por eso. Le pasa lo mismo a una persona…y no hay la medicina para prepararlo y que alcance a llegar en una ambulancia, entonces queremos que ahí esté el medicamento, el especialista, es el derecho a la salud y poner todo el énfasis en la prevención y en el primer nivel de atención médica”.
No aclaró entonces que el hospital en el que lo atendieron fue en el Médica Sur, privado, donde cobran hasta por respirar, ni cómo hizo para pagar, porque según él ha vivido con 200 pesos en la cartera.
El 27 de diciembre de 2022 volvió la burra al trigo. Declaró que a más tardar en un año México tendría un sistema de salud pública como Dinamarca, “o inclusive mejor”. Fijó como meta a finales de este año.
Ya en este año, el 27 de enero, en Michoacán dijo que antes de que concluya el sexenio se tendrá un sistema de salud mejor que el de Dinamarca.
“No va a haber límite de presupuesto, es lo que se necesite para tener un sistema de salud de primera. Nuestros adversarios dicen que no va a ser como yo planteo, se burlan, dicen que dije que va a ser un sistema de salud como el de Dinamarca. No, ahora lo estoy pensando mejor y no va a ser como el de Dinamarca, va a ser mejor que el de Dinamarca”.
El 28 de febrero pasado volvió a la carga. Expresó que seguía en pie su promesa de que en este año México tendrá un sistema de salud universal, “eficaz y gratuito, o sea que sigue en pie lo de Dinamarca, para que nuestros adversarios vayan tomando nota”. Ofreció que cada 15 días estaría informando sobre el avance.
“No hay anestesiólogos… Ya se fueron varios”
Ayer en Xalapa, en el portal informativo espejodelpoder, del periodista Raymundo Jiménez se informó que el Hospital Regional de Xalapa “Dr. Luis F. Nachón” anunció a sus pacientes que quedan suspendidas las cirugías programadas y las consultas externas de especialidad por tiempo indefinido, “por lo que los pacientes tendrán que buscar otras opciones en salud pública o acudir a la medicina privada”.
Publicó el facsímil de un oficio firmado por el doctor Melito Lozano Morales, Jefe del Servicio de Cirugía General, que envió a la doctora Reina I. Uscanga Uscanga, subdirectora del nosocomio, en el que le indica que la medida aplica a partir de ayer jueves 23 de marzo.
“Lo anterior obedece a la situación actual del servicio de anestesiología que Usted ampliamente conoce y derivado del acuerdo unánime de los especialistas del servicio, en la junta de servicio llevada a cabo el día 17-03-2023”, se lee en el documento.
“Esta medida emergente tiene un carácter indefinido hasta la solución definitiva de la problemática general por el servicio de anestesiología en la atención de la cirugía electiva”, le expone. El oficio fue dirigido también al doctor Elías Roched Osorio, director del Hospital, y a la doctora Dafne Cabrera Yáñez, coordinadora de Consulta Externa.
¿Cuál es “la situación actual del servicio de anestesiología que usted ampliamente conoce”? El columnista trató de indagar en fuentes de los servicios médicos del Sector Salud. “No hay anestesiólogos...Ya se fueron varios.... Y los que quedan respingaron... Que hasta que no contraten más....Que es mucha la carga”, fue la respuesta que obtuvo.
Basta ponerse en el lugar de un enfermo al que le urge que le practiquen la cirugía porque de eso depende su vida, que ha estado días, semanas, meses esperando, y que no tiene recursos para acudir a un especialista y a un hospital privados, para imaginarse el impacto anímico de la mala noticia que agravará su estado de salud; ponerse en el lugar de sus familiares para sentir y vivir la impotencia de ver que jueguen así con la vida de un ser querido.
¿Qué tiene que decir ante esto el gobernador, de que una dependencia de su gobierno está cometiendo verdaderos crímenes de lesa humanidad con personas por cuya salud se supone que debe velar? ¿Cómo es posible que estén contratando médicos cubanos que traen pagados en dólares y no puedan pagar bien a anestesiólogos locales para que no abandonen el servicio? ¿Cómo creerle a López Obrador cuando no pueden resolver siquiera un problema de un hospital menor en tamaño aunque no por ello menos importante?
El oficio es contundente. No pueden negar que no sea cierto ni tampoco querer justificar la grave irresponsabilidad oficial con cualquier pretexto. No son los “conservadores” quienes lo están diciendo ni es la prensa independiente la que lo está denunciando. ¿Quién va a responder si algún enfermo pierde la vida, que roguemos porque no ocurra?
Pero para el hijo mayor de AMLO, todos los privilegios
¡Aaah!, pero que no se trate de la familia presidencial porque para ellos sí hay todos los privilegios.
Hace 15 días, en su programa “Loret en Latinus”, Carlos Loret de Mola reveló que mientras José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del presidente Andrés Manuel López Obrador, estuvo internado en el Hospital Central Militar enfermo de Covid-19, en febrero de 2021, recibió un trato privilegiado por parte del Ejército.
La información la obtuvo de uno de los correos electrónicos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por parte del grupo “Guacamaya”.
A través de una tarjeta informativa enviada al secretario particular del titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, firmada por el teniente coronel Marco Antonio Palomares Sánchez, se reveló que la petición del trato especial para el hijo así como para su esposa Carolyn Adams fue hecha por la esposa de AMLO, Beatriz Gutiérrez Müller.
De acuerdo con Latinus, elementos de las Fuerzas Armadas hicieron labores de limpieza en el domicilio particular de la pareja (ella también se había contagiado), que adicionalmente tuvo consultas permanentes en su casa así como servicio de enfermería.
Pero no solo eso. “El Ejército se encargó también de conseguirle medicamentos a él, medicinas que no estaban aprobadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y que, por lo tanto, no estaban disponibles para los miles de mexicanos que estaban internados por el virus y que tenían diagnósticos graves”.
De acuerdo a lo que reveló Loret, con base en información de la propia Sedena, la misión de tres militares era ir a recoger el Remdesivir y Baricitinib al almacén centro de la Secretaría de Salud de la CDMX y de la Aduana del Aeropuerto Internacional, para llevarlos al Hospital Central Militar, donde era tratado López Beltrán. Según se informó, durante la pandemia el Remdesivir alcanzó un costo de 40 mil pesos.
Al menos debieran ser menos pretenciosos y ser más humildes. Nos están prometiendo un servicio médico gratuito mejor que el de Dinamarca cuando acaso apenas si estamos, en tratándose de carencias, igual que al nivel de Haití, y creo que es mucho decir. |