Aun cuando obtuvo el triunfo en la gubernatura de Coahuila vía la figura de Manolo Jiménez, el Partido Revolucionario Institucional se convirtió este domingo en la cuarta fuerza electoral de México; lo que nunca ocurrió desde su nacimiento en 1929.
Tras sus derrotas en los comicios presidenciales del 2000, 2006 y 2018, el PRI sobrevivió como segunda fuerza gobernante y electoral de México; ayer pasó a ser la cuarta.
Nació como Partido Nacional Revolucionario en pleno callismo; se convirtió en el Partido de la Revolución Mexicana durante el cardenismo para consolidarse como PRI a partir del relevo presidencial entre el general Manuel Ávila Camacho y el civil Miguel Alemán Valdés.
A partir de enero de 1946 la Revolución Mexicana se bajó del caballo y las fuerzas armadas pasaron la estafeta del manejo institucional del poder al denominado “cachorro” de la Revolución, nativo de Sayula, en el sur de Veracruz.
El arribo de Miguel Alemán al poder marcó significativamente la vida del país, a partir de la apuesta por un Estado montado en, y generador de instituciones civiles, aunque controlado por una oligarquía enemiga de la democracia.
Militares, empresarios, Iglesia y la clase política sin otra alternativa más allá de tomar parte del poder dentro del priismo, tuvieron bajo su control el timón del país durante siete décadas.
Por lo tanto, no es un tema menor la derrota de Alejandra del Moral en el último gran bastión tricolor: el estado de México; hablamos, ni más ni menos, de la muerte del dinosaurio predemocrático de México.
Hay muchos ángulos para observar y analizar lo ocurrido este domingo en el Edomex, pero en concreto el PRI perdió y el partido guinda gobernará -a partir de septiembre próximo- 23 entidades federativas, incluyendo San Luis Potosí en manos de su aliado el PVEM.
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El caso mexiquense va mucho más allá de sumar el estado veintitrés a la cuenta morenista.
El estado de México cuenta con el mayor número de habitantes del país: 16 millones 992 mil 441, hasta el año 2021.
Su padrón electoral es de: 12 millones 260 mil 567 ciudadanos con credencial.
Y su aportación al Producto Interno Bruto de la nación representa -datos del INEGI correspondientes al año 2021-: “En términos nominales, las entidades con mayor aportación al Producto Interno Bruto nacional fueron: Ciudad de México, estado de México, Nuevo León, Jalisco, Veracruz de Ignacio de la Llave, Guanajuato, Baja California, Coahuila de Zaragoza, Sonora, Chihuahua, Puebla y Tamaulipas.”
En ese orden.
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Para dimensionar con más detalles el significado de la derrota tricolor y el triunfo morenista en la entidad conurbada con la Ciudad de México, chequemos el número de mexicanos bajo la responsabilidad de gobiernos estatales morenistas:
A partir de las elecciones intermedias del 2021 MORENA se hizo del poder en 17 estados y empezó a gobernar a 58 millones 462 mil 853 de mexicanos.
Sumemos San Luis Potosí, con una población de 2 millones 822 mil 225 personas y donde triunfó el PVEM, aliado morenista.
A esta composición demográfica, se sumaron entidades donde MORENA añadió logros en las elecciones del 2022:
- Oaxaca -4 millones 132 mil 148 habitantes
- Hidalgo -3 millones 155 mil 581-
- Quintana Roo -1 millón 857 mil 985-
- Tamaulipas -3 millones 527 mil 735-
Desde entonces los gobiernos morenistas representan a 73 millones 958 mil 527 ciudadanos.
Al sumar la población del estado de México los gobiernos de MORENA estarán al frente de 90 millones 950 mil 968 ciudadanos.
El resto del país es gobernado por:
- El Partido Acción Nacional que rebasa los 15 millones de ciudadanos entre los estados de Chihuahua, Durango, Aguascalientes, Querétaro, Guanajuato y Yucatán.
- Movimiento Ciudadano cuyas autoridades de Nuevo León y Jalisco sobrepasan los 14 millones de gobernados.
- Partido Revolucionario Institucional, triunfador en Coahuila con 3 millones 146 mil 771 de habitantes.
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¿Qué sigue luego de la debacle priista del pasado fin de semana?
A partir de este lunes la sucesión presidencial del 2024 entra de lleno a su etapa preelectoral, no formal -eso lo define el INE- pero sí real -eso lo determina la lucha entre corcholatas morenistas-.
Dicho en pocas y llanas palabras: si el PRI pasó a ser la cuarta fuerza electoral del país, la oposición en conjunto ha quedado hecha pedazos con los resultados en el estado de México.
No hay candidato opositor…
No hay liderazgos opositores…
Los partidos de oposición lucen desnudos, débiles, vapuleados, aplastados, enredados en sus contradicciones vergonzantes…
Sólo les queda una esperanza: la del rompimiento interno entre morenistas; la falta de acuerdos entre corcholatas; la incapacidad del dueño de la franquicia guinda, AMLO, para controlar los afanes de la única corcholata capaz de confrontarlo: su canciller.
La oposición sólo cuenta con Marcelo…
Ebrard cuenta con su trayectoria, su fuerza política personal y con la oposición urgida de una figura de su nivel…
Aprecio a un sector del electorado mexicano asqueado de la partidocracia y listo para escuchar una voz rebelde y creíble…
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Este conjunto de elementos entra en juego a partir de hoy, de cara a los comicios del 2024.
Veremos de qué está hecha nuestra democracia.
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