La acción es tan evidente, que hasta en sus redes sociales juegan con ello, afirmando que ya gestionan trabajos para lo que viene.
Los leales a Nahle García siguen ahí.
Ahora bien, esperemos que estos leales no comiencen a padecer de eso que en la administración de tiempos y movimientos se conoce como “ceguera de taller” pues de tanto verlos –a los bucaneros, piratas y corsarios- en los últimos días, piensen que ya están con ellos, cuando nunca lo estuvieron.
La realidad es que ahora dos cosas pasarán en el círculo cercano a la Coordinadora Estatal de los Comités de Defensa de la 4T, primero los leales y cercanos, temerán ser relevados de sus encargos llegado el momento, y por ello, en una actitud quizá de protección por temor, comiencen a emproblemar a la misma precandidata.
Segundo, esos que en momentos anteriores nunca estuvieron, pero ahora la siguen por doquier y la acompañan a todos lados, resulta ser que lo único que buscan es treparse al famoso “tren del gane”, para ver de qué manera obtienen un beneficio.
De igual modo, es de reconocer que el temple con el que algunos de sus correligionarios operaron y lograron consumar la hazaña que evitó, el traspié que algunos pretendieron imponer.
Personajes como Zenyazen Escobar García, quien abiertamente caminó y respaldó su proyecto, son clave fundamental de su triunfo.
A este listado habrá de agregar a personajes como Juan Javier Gómez Cazarín y Eleazar Guerrero y José Luis Lima Franco quienes cabildearon y operaron a ras de suelo para garantizar su llegada, y con ello, poder dar continuidad al proyecto transformador de la 4T.
Mucho ojo habrá de poner sobre las y los legisladores locales y federales, pero especialmente sobre los alcaldes veracruzanos que hoy ya descaradamente la fueron a saludar, como si no se supiera que fueron ellos, los principales financiadores del ataque innecesario que sufrió para alcanzar la coordinación.
Al tiempo.
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