El balance de la primera semana de precampañas de los dos aspirantes a la gubernatura por Veracruz favorece de manera clara a quien busca el respaldo del frente opositor: Pepe Yunes.
Ha sido puntual en sus presentaciones con militantes y simpatizantes de las tres fuerzas políticas que lo habrían de respaldar (PRI, PAN y PRD) y, a la vez, ha dejado muy claras las razones que lo llevan a buscar este cargo: la urgente necesidad de dar un golpe de timón, porque con el actual gobierno el estado se hunde.
Frente a la propuesta de ambos aspirantes, la disyuntiva de los veracruzanos es: o votar por la continuidad de un gobierno fallido (lo que los llevaría a dar su respaldo a Rocío Nahle) o cambiar de forma radical la forma de hacer gobierno, con lo que la mejor opción sería Pepe Yunes.
No resulta válido atribuir al candidato del frente opositor los pecados cometidos por otros actores políticos que fueron respaldados por las mismas siglas. Pepe Yunes tiene una trayectoria de más de 30 años, tanto en el ámbito político como en el servicio público y nadie ha encontrado una sola mancha que lo vincule con gobiernos corruptos.
En la Ciudad de México ya acusaron recibo de la pifia cometida en el arranque de la campaña de Rocío Nahle, cuando se dispuso la transmisión, en vivo de un mitin abierto (cuando debió ser sólo para militantes y simpatizantes de los partidos que la arropan), a través de la televisora del gobierno estatal, lo que configura un buen número de delitos electorales.
Baste reiterar que el Cofipe (Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales) establece en su artículo 49 que es el INE “la autoridad única para la administración del tiempo que corresponda al Estado en radio y televisión destinado a los fines propios del Instituto y a los de otras autoridades electorales, así como al ejercicio de las prerrogativas que se otorgan a los partidos políticos”.
Ese mismo Código, en su artículo 347 advierte que constituye una infracción “el incumplimiento del principio de imparcialidad establecido por el artículo 134 de la Constitución, cuando tal conducta afecte la equidad de la competencia entre los partidos políticos, entre los aspirantes, precandidatos o candidatos durante los procesos electorales”.
A final de cuentas, esos temas los tienen que dirimir las áreas jurídicas de los partidos. Rocío y Pepe deben seguir caminando y buscar convencer de sus propuestas a los veracruzanos: o continuidad, o cambio.
Esta fue la primera semana de una larga (40 días) precampaña y muchas cosas habrán de pasar en ese lapso.
Hoy más que nunca, quienes aspiren a gobernar Veracruz deben tomar en cuenta las exigencias, los reclamos de la sociedad civil organizada, que es capaz de salir a las calles e imponer sus condiciones.
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Epílogo.
Y se les cayó la narrativa. A propósito de la visita del presidente López Obrador, los estrategas de Rocío Nahle pretendían presumirle que ya habían acabado con “el último reducto” del perredismo en la entidad, con la adhesión del alcalde de Tihuatlán, Leobardo Gómez. *** Sin embargo, ese y cualquier otro argumento de la “operación política” realizada en favor de la precandidata se vinieron abajo con el concierto de chiflidos y abucheos con el que recibieron a Cuitláhuac García en Río Blanco, en evento organizado por su equipo, con la presencia del propio presidente de México. *** Y a propósito de la visita presidencial, López Orador visitó Veracruz, encabezó el acto de los mártires de Río Blanco, y se fue. Pero de los desaparecidos de Ciudad Mendoza seguimos sin saber nada. *** Vaya desde este espacio mi solidaridad y mi más sentido pésame para el compañero Sergio González Levet y su esposa Elsa de León Aguirre por la sensible pérdida de doña Elsa Aguirre. Que su memoria prevalezca y la resignación llegue pronto a sus corazones.
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