Las joyas que porta y relojes de marca que presume lastiman al igual que ese exceso de maquillaje y disfraces de veracruzana o ropa indígena que porta que ni van con su presunción ni acaban por convencer.
Nahle siempre flota.
Las 10 Suburban en las que se desplaza, en donde lleva como escolta a la policía uniformada de la Secretaría de Seguridad Pública no caben en los pueblos polvorientos y las pocas calles llenas de baches.
¡Vaya hasta una ambulancia la acompaña por si le da el patatus!
La arrogancia de sus equiperos que gritan, mandan, imponen, ordenan y entregan despensas sintiéndose dioses.
A la lista del coraje ciudadano se suma ese trato con desprecio a presidentes municipales obligados a garantizar la asistencia ciudadana en los mítines, patrocinar los eventos -templetes, sonido, animadores, música y bailarines- y entregar listas de votantes “convencidos” acompañadas de fotocopias de credenciales de elector de los “amarrados” para el 2 de junio.
Es toda una cruzada preelectoral en donde se observa a gente armada intimidando, a comerciantes que tienen que cerrar el día del mitin ante el clima de tensión que deja su presencia y menores de edad que van con sus padres a la fuerza.
Y la propaganda.
Inundan Veracruz enfadosos espectaculares de 12 metros como salidos de la casa Disney en donde lo que más destaca es la leyenda “Por amor a Veracruz”, por cierto, salpicadas con pintas por la sorna ciudadana con un “¡Por amor a Veracruz votemos por un veracruzano!”.
Es parte del coraje ciudadano.
Es la muestra, el secreto a voces de que el día de la elección se la van a cobrar.
Ahora aguantan vara los viejitos, jóvenes becarios y beneficiarios de los programas sociales -todos convencidos de que no les quitarán nada si no votan por Morena-.
Dicen que sí a todo. Soportan amenazas, gritos y regaños.
Son obligados a estar en días de descanso a asistir con sus familias a aburridos mítines y concentraciones… pero llegará el día de cobro y ese será el 2 de junio.
Como ha sucedido con otros caciques y políticos impuestos a la población en municipios pobres o enclaves electorales: decir que sí a todo, pero el día de la elección cruzar con un ¡No! de desprecio a tanta arrogancia y prepotencia.
Se la van a cobrar a la diva Rocío Nahle.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |