¿Cómo creerle a este señor que está garantizada la seguridad electoral si ha sido incapaz de contener la barbarie que lleva registrados más de 5 mil homicidios dolosos, más de 40 masacres, más de 400 feminicidios y más de mil secuestros en lo que va de su administración?
Y ojo, la “seguridad está garantizada” sólo el primer domingo de junio, los dos meses de campaña que se chutarán los actores políticos serán por su cuenta y riesgo. Aquella candidata o candidato que sea creyente que se encomiende a Dios y los no creyentes… también. Sólo el día de la votación podrán relajarse sabiendo que los cuida el gobernador.
Pretender que habrá un proceso electoral y unas elecciones tranquilas no es más que un sueño de pescadores que arrulla el mar. La crispación política está a punto de ebullición en varios estados y Veracruz es uno de ellos.
A principios de este mes la alcaldesa de Acayucan, Rosalba Rodríguez, denunció que varios municipios del sur están controlados por la delincuencia. Pero no dijo nada nuevo, ya que Inteligencia Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional tiene documentado que gran parte del territorio estatal está infiltrado por un grupo delincuencial que recibe protección de los tres niveles de gobierno.
A pesar de que este informe fue filtrado por el colectivo Guacamaya en mayo del año anterior, Cuitláhuac no dijo nada. Pero a Rosalba Rodríguez por poco y le forma Consejo de Guerra. Furioso por la balconeada, le dijo de todo y le sugirió: “Si no puede con su responsabilidad; renuncie”. Y fue más allá. “En la entidad se combate al narcotráfico y se impide que la droga llegue a la niñez”.
Pues será el sereno, pero nunca la desmintió.
Este viernes fueron masacradas siete personas en Acultzingo que eran ciudadanos comunes, entre ellos dos mujeres y un menor. Y sus muertes dieron la razón a Inteligencia Militar, a la alcaldesa y a lo que ya sabe todo mundo: que Veracruz es una de las entidades más peligrosas para ejercer unos comicios.
Pero a las autoridades les vale. Les basta voltear hacia donde no se ven los muertos y seguir con la pachanga.
Y la pachanga siguió el sábado anterior cuando el PT ungió como su candidata a la gubernatura a Rocío Nahle; zacatecana, rumbera y trovadora de veras que dijo a los petistas: “Vamos a salir (¿de dónde, señora?) y vamos a empujar juntos (¿a quién?). Y vamos a jalar con fuerza (Oh chingá, ¿empujamos o jalamos?) porque vamos muuuy bien (caray, qué bueno). Yo dije que 30 puntos, pero ahí vamos más arriba”, expresó la mujer (¡Bravo, bravísimo!).
Esos 30 puntos son la ventaja que supuestamente le lleva a su contrincante Pepe Yunes Zorrilla.
Pero se engaña porque no hay tal ventaja y porque no va bien. El problema es que Veracruz va cada vez más mal y eso sí nos debe importar.
El presidente de Comunidades Seguras de Veracruz, Jeremías Zúñiga, advirtió que las de este año serán las elecciones más violentas no sólo en la entidad sino en el país. Y que existen 130 municipios veracruzanos en riesgo. Y lo mismo dicen gobiernos extranjeros y ONG’s nacionales e internacionales.
¿Y qué dice el gobierno estatal?
Calla.
Lo que sí te puedo asegurar lector, es que el gobernador volverá a hablar después de que caigan las siguientes víctimas en los próximos 60 días. Y este será el tonito: “Daremos con los responsables porque se acabó la impunidad. Veracruz ya cambió, en la actualidad se persigue y se castiga a los culpables. Veracruz está en paz y trabajando; la violencia ha disminuido; ya no es como antes”.
Y frente a tanto desatino y tarugada, a la señora Rocío Nahle no se le ocurre otra cosa que repetir que lleva una ventaja de 30 puntos.
Futa… Veracruz en el hoyo, Cuitláhuac patético y la señora de risa.
Más kafkiano no puede estar el panorama.
bernardogup@hotmail.com
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