Ser candidata o candidato en el estado de Veracruz (en este proceso electoral) es casi tan peligroso como ser periodista; es la tierra donde buscar el voto o trabajar un reportaje pueden llevar igualmente a la muerte.
Cuando las elecciones terminen, la actividad más peligrosa en Veracruz volverá a ser, únicamente, el periodismo. Por eso las solicitudes de protección que los candidatos han hecho a través de sus partidos están por igualar, en cualquier momento, al número de peticiones que los periodistas tienen requisitadas por amenazas.
De manera pavorosamente curiosa, en los debates electorales próximos a realizarse se estarán juntando, por unas horas, dos de las actividades más peligrosas en la República Mexicana: la política y la periodística.
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