Hay cosas que solo se pueden dar desde el poder, una de ellas es la violación de los derechos humanos, otra el peculado, una más la desviación de recursos del erario y finalmente el fraude electoral; y con respecto a este último es de llamar la atención que desde el gobierno y el partido en el poder se esté empezando a hablar de la posibilidad de un fraude electoral, cuando el proceso es controlado de manera casi absoluta por el régimen.
Veamos: la Presidencia de la República, 21 Gobernadores, la mayoría simple en el Senado, la mayoría de Diputados Federales y de Congresos Locales, la FGR, la presidencia del INE, un TRIFE colonizado por AMLO, además de otros poderes fácticos como el Crimen Organizado y el control de un buen número de medios de comunicación, dan cuenta del enorme poder del régimen para cometer impunemente todo tipo de triquiñuelas el día de la jornada electoral.
Por lo anterior resulta absurdo que desde el poder se pueda estar hablando de que sienten el temor de que a MORENA la oposición les pueda cometer un fraude electoral en las elecciones del próximo domingo 2 de junio.
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Por lo anterior es de preguntar, ¿acaso no es la oposición la que tendría que estar temerosa de ello? y en consecuencia la que tendía que estar denunciando la posibilidad de que el gobierno le robe la elección, además de estar inconformándose ya formalmente contra la sistemática violación a la Ley Electoral por parte de las autoridades federales, que han hecho inequitativo el proceso, consistentes en una serie de anomalías como: los pronunciamientos del presidente en favor de su candidata desde la mañanera a la vez que arremete despiadadamente contra la oposición, la actuación descarada de los llamados "Siervos de la Nación", condicionando la entrega de los recursos de los programas sociales al compromiso de los beneficiarios de asistir a los eventos de campaña de Claudia Sheinbaum y a votar por ella el domingo 2 de junio, todo lo cual, junto con la compra de votos, el acarreo de votantes morenistas el día de la jornada electoral, así como otras conductas delictivas como el "embarazo" de urnas, el robo de las mismas y otras más constituyen un fraude en sí mismo, el cual comenzó a perpetrarse incluso antes de que arrancara formalmente el proceso electoral, con los actos anticipados de las "corcholatas" del presidente, así como los actos anticipados de precampaña y de campaña que fueron muy evidentes cuando el INE no había emitido ni siquiera la Convocatoria respectiva, amen del gasto excesivo en publicidad; de tal forma que una recopilación de hechos bien puede configurar el fraude genérico como un delito continuado por parte de MORENA. Así que, ¿quien entonces es el fraudulento?, el poderoso que puede cometer el fraude o el débil que no cuenta con los elementos para hacerlo y solo puede atenerse al respaldo de las mayorías que acudan masivamente a las urnas.
Es por ello que, aunque en principio podemos entenderlo, es ridículo que los "jilgueros del régimen", empezando por el propio AMLO, continúen repitiendo el viejo victimismo y lloriqueo al que estaban acostumbrados cuando eran oposición y al verse ante la inminencia de perder las elecciones, optan por iniciar la narrativa aprendida sexenios atrás, ya que nunca asumieron su papel de gobierno y de partido en el gobierno, solo que esta vez demuestran que han quedado "atrapados en el tiempo" pasado y que ya están viendo claramente como el poder se les está yendo de las manos y saben que van a perder la elección, por lo que, ojalá y no, llegado el momento estaremos viendo el último "coletazo" del dragón, para tratar de "reventar" la elección, lo cual ya probaron en su "laboratorio" que fue Tamaulipas, donde un número significativo de casillas, merced a la violencia, no pudieron instalarse o no pudieron cerrar normalmente para hacer el escrutinio respectivo como marca la Ley. y esto es algo de lo que la oposición debe estar muy pendiente para evitarlo, o valorar hasta qué grado vale la pena concentrarse únicamente en "atiborrar" de electores las casillas consideradas de bajo riesgo y no arriesgarse por defender las catalogadas en color rojo, donde el crimen organizado ejerce un férreo control, cosa que ni siquiera el PRI se atrevió a hacer cuando era evidente que perdería 80 años de hegemonía en el país.
Finalmente es de recomendarle a MORENA y a sus líderes que, si tan cómodos están actuando como oposición, por qué no aceptan estoicamente que en democracia se gana y se pierde y se preparan mentalmente para seguir siendo la oposición combativa que siempre fueron y es la posición en la que se sienten como peces en el agua, al cabo que ya deben tener los ahorros necesarios para retomar esa posición de la cual nunca debieron salir, además de que las prerrogativas de MORENA seguirán siendo muy jugosas, si no que le pregunten a Dante cómo le va con su MC. ..
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