Ocurre que Claudia Sheinbaum decidió no darle a Cuitláhuac García cualquiera de las 4 posiciones que pidió derivado (en buena medida), de su gris labor en la victoria de Rocío Nahle, en la cual no tuvo mérito alguno, como se lo hicieron saber oportunamente.
García deslizó a la entonces candidata presidencial su deseo por presidir las secretarías de Educación Pública, Energía, Bienestar o Gobernación, así como las direcciones de Pemex o CFE. Sheinbaum tomó nota y llegó a considerarlo… hasta que le dieron el reporte de su operación electoral en Veracruz.
En CDMX me hicieron saber que la percepción en Veracruz respecto a que García obtendría alguna posición de élite con Sheinbaum era incorrecta. La popularidad del mandatario en su estado nunca ayudó a Nahle, al grado que el morenismo nacional decidió dejarlo sólo “gobernar”.
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