Uno de los temas que más preocupan, afligen e interesa a los mexicanos, es el de la creciente inflación, que continúa impactando el poder adquisitivo de los consumidores.
No hace falta hacer una encuesta entre el pueblo sabido, al que por cierto poco le interesa el tema de las reformas constitucionales o al poder judicial, sino lo que le preocupa a diario es el del aumento en los productos de la llamada canasta básica.
Nada más hay que ir a tratar de surtir la despensa en el supermercado, para ver como de un mes a otro, los precios están al alza.
Por eso es que, en los últimos meses, la inflación en México se ha convertido en un tema de creciente preocupación tanto para los consumidores como para las autoridades económicas. Los datos más recientes muestran que el índice de precios al consumidor (IPC) alcanzó niveles no vistos en décadas, afectando profundamente el poder de compra de los ciudadanos.
De acuerdo con las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación interanual en México se ubicó en 8.16% en junio de 2024, muy por encima de la meta del 3% establecida por el Banco de México. Los sectores más afectados han sido el de alimentos, bebidas y tabaco, con un incremento de 11.78% en el último año, seguido por el rubro de energéticos y vivienda.
Expertos señalan que diversos factores han contribuido a este aumento sostenido de los precios. Entre ellos destacan:
Presiones en la cadena de suministro global, que han elevado los costos de insumos y materias primas.
Alza en los precios internacionales de los combustibles, como la gasolina y el gas natural.
Perturbaciones climáticas que han afectado la producción agrícola.
Políticas monetarias expansivas aplicadas por los bancos centrales para hacer frente a la pandemia de COVID-19.
La alta inflación ha reducido significativamente el poder adquisitivo de los hogares mexicanos. De acuerdo con encuestas, los consumidores han tenido que ajustar sus patrones de gasto, priorizando la compra de artículos de primera necesidad y recortando gastos en otras áreas como entretenimiento y ocio.
Ante esta situación, el gobierno federal y el Banco de México han implementado diversas medidas para tratar de contener la inflación, entre ellas:
Ajustes en las tasas de interés por parte del banco central.
Programas de apoyo a sectores vulnerables, como subsidios a los precios de algunos productos básicos.
Revisión de aranceles y políticas comerciales para facilitar el abastecimiento de bienes importados.
Conclusión: La inflación representa un desafío importante para la economía mexicana y el bienestar de los consumidores. Será crucial que las nuevas autoridades económicas y el sector privado trabajen de manera coordinada para implementar soluciones efectivas que permitan estabilizar los precios y recuperar el poder adquisitivo de los hogares.
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