- Fuente Ovejuna, señor
El diálogo original lo escribió Lope de Vega a inicios del siglo XVII, como parte de la obra teatral –tragicómica- donde narra la muerte de un funcionario público a manos de una turba cansada de sus abusos.
El juez pregunta:
- ¿Quién mató al comendador?
Y la respuesta es contundente:
- Fuente Ovejuna, señor
La identidad de los autores en ambos delitos, el del botellazo que afortunadamente no tocó al presidente López Obrador, y el del asesinato del comendador en la obra de Lope de Vega, resulta tan incierta como casi imposible de determinar.
El genio del siglo de oro español nos remite a una enseñanza política contundente: el comendador trabajaba para los Reyes de España, pero los traicionó y actuó por su cuenta robando y abusando del pueblo; éste, cansado, lo eliminó.
Es decir: ante la falla del Estado, el pueblo actúa…
Lo ocurrido ayer en el puerto de Veracruz nos coloca ante una realidad cruda y polémica: al momento de arribar a la dirección donde inauguraría el Centro Cultural Leyes de Reforma, -en el inmueble donde Benito Juárez habitó y firmó algunas de las normas que coadyuvaron a la fundación del Estado moderno mexicano-, el presidente López Obrador fue recibido por coros contradictorios.
Un grupo de ciudadanos cantó el ya histórico mensaje de: “Es un honor estar con Obrador…
Pero otro grupo de ciudadanos le gritó dictador, le exigió marcharse del poder y le hizo recordatorios maternales muy propios del lenguaje popular jarocho…
AMLO bajó del vehículo oficial, fue recibido por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y se dirigía al recinto oficial cuando una botella de agua le fue arrojada desde el público, la ubicó y la esquivó, aunque el proyectil finalmente pasó más cerca del ejecutivo local.
Hubo momentos de tensión, el presidente saludó, caminó, volvió a saludar, fue rodeado por funcionarios y auxiliares y finalmente entró al recién remodelado espacio histórico…
El incidente no pasó a más; por lo menos en términos de agresión física…
(2)
Existen numerosos videos que narran desde distintos ángulos y momentos lo sucedido la tarde del domingo en la cuatro veces heroica ciudad de Veracruz.
Desde temprana hora un grupo de trabajadores del Poder Judicial se apostó para esperar al presidente y protestar contra la Reforma Judicial aprobada por el Senado el pasado once de septiembre.
Los protestantes son trabajadores cuyos derechos habrían sido afectados y cuyas voces no se habrían escuchado antes de imponerse –desde su perspectiva- una modificación constitucional al Poder al cual prestan sus servicios.
Son ciudadanos mexicanos, tienen derecho a defender sus derechos, tienen derecho a protestar, y protestan.
Frente a la manifestación de los trabajadores del poder judicial existen pruebas muy claras de la agresión que sufrieron por parte de un grupo de personas; entre ellas el abogado Jorge Cedillo Guevara, trabajador en la dirección de política regional dependiente de la Secretaría General de Gobierno en Veracruz.
Hay imágenes de Cedillo Guevara lanzando botellas de agua contra personas.
La acción negativa de este sujeto, tristemente funcionario en la Secretaría cuya obligación es velar por el diálogo, la paz social, la atención oficial directa a quejas ciudadanas, no resuelve, empero, la duda sobre quién arrojó la botella contra el presidente.
Desde el aparato de comunicación del gobierno estatal –cuenta con áreas donde muestran el rostro y otras donde operan con disfraz- se trató de justificar la actitud y agresión de Jorge Cedillo: no lanzó la botella contra AMLO, sino contra los protestantes y en defensa de la seguridad del presidente, según su dicho.
A tal nivel de ridículo llegó la maniobra a favor del insensato servidor público, que él mismo argumentó vía redes sociales su disposición a “dar la vida” por Andrés Manuel López Obrador.
Desde luego, nadie le pide que entregue su existencia, sino que desquite su sueldo con profesionalismo; así de simple; pues se demostró que Jorge Cedillo confunde un momento político con un pleito de carnaval.
Ahora bien, en concreto, la botella de marras habría surgido desde la zona donde se ubicó Fuente Ovejuna...
Y en ese caso volvemos a la lección de Lope de Vega: ante la falla del Estado, el pueblo actúa…
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Esta visión es de naturaleza polémica y nace desde una coyuntura polémica, en un momento histórico polémico…
Nace en un contexto donde el país se encuentra políticamente polarizado y los mexicanos sin términos medios: o cantas “es un honor estar con Obrador” o gritas “dictador, dictador, dictador”...
Adentrarse en una y otra postura requiere análisis aparte.
Por lo pronto, ayer aparecieron ambas en Veracruz, tal como surgen cotidianamente en medios de comunicación masiva y en las pláticas cotidianas de los ciudadanos a nivel nacional.
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El dos de junio pasado, la mayoría de quienes votaron –no es lo mismo a la mayoría de quienes tuvieron derecho a votar- hizo ganar al coro de “es un honor estar con Obrador”.
Ante los hechos de ayer, cabe la pregunta si aquellos comicios lo validaron todo, incluyendo la agresión de un funcionario estatal a ciudadanos que defienden sus derechos laborales.
Más aún: ¿La votación donde ganó –en buena lid y dentro del marco legal- Claudia Sheinbaum, otorgó derecho de picaporte al mono discurso, a la monovisión y a la decisión impositiva y vertical desde los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, por el simple hecho de vestirse mayoritariamente del color guinda?
(5)
¿No pensar igual, no hablar igual, no ver la realidad del país desde la misma perspectiva, no simpatizar con el mismo color de partido o ideología, elimina derechos para los opositores?
Frente al presidente agredido –acción totalmente deleznable- tenemos antecedentes del accionar de Fuente Ovejuna y en este caso, antes de sentar al acusado y culpar en forma contundente ¿No sería importante escucharlo?
Aclaro: averiguar de qué se queja Fuente Ovejuna no significa justificar su agresividad y su violación de la ley.
Otra lección de Lope de Vega remite a una decisión oficial: los Reyes perdonan a Fuente Ovejuna y suman al pueblo a su territorio.
Es decir, el mensaje es un llamado al diálogo; elemento que en nuestro Estado y nuestra sociedad hemos visto disminuir.
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Ambos botellazos, el de Fuente Ovejuna y el del funcionario estatal, se deben evitar.
Para ello, urge un diagnóstico sobre las causas que los provocaron y actuar en consecuencia, apoyados en una herramienta tan desprestigiada como urgente los días que corren: la política; simplemente porque esa herramienta conduce a, y viene desde, la democracia…
Y la democracia, dijo Winston Churchill, es el peor de los sistemas de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado.
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